
Hace unos años vi el film Karakter (1998), que cuenta la historia de un joven abogado de Rótterdam de los años 20, que es acusado de asesinar a su padre, un desalmado alguacil llamado Dreverhaven. Durante el interrogatorio policial, Katadreuffe, el acusado, explicará su desafiante relación con su dominante padre, que llega a convertirse en una batalla de pasión y ambición. El film me conmovió porque el joven Katadreuffe muestra tenacidad y voluntad pese a todos los obstáculos que le presenta la vida. Pese a que su padre, un hombre que todavía no ha aceptado que la madre del joven lo abandonara, derrama su frustración y rabia sobre él, Katadreuffe lucha por sus ideales, y por sus proyectos personales. La vida de Katadreuffe es trágica, conmovedora, extraordinaria, comparable a los mejores mitos griegos, imponentes obras de Shakespeare e historias kafkianas.
Katadreuffe no fijo sus ojos en el rechazo o en las adversidades, él se atrevió a superarse, intentó lo imposible, estudió, leyó, y logró convertirse en abogado. No se conformo con ser uno más, no miró su pasado, se concentró en su presente y fijo metas, objetivos. Jamás se contento con la miseria, la desgracia, la falta de recursos, la indiferencia y la injusticia. Por el contrario se sobrepuso a todo esto y mucho más, logrando salir adelante pese a todo. Al igual que Katadreuffe todas las personas podemos salir adelante, podemos llegar a buen puerto. Lo importante es comenzar y seguir adelante. Con la ayuda de Dios podemos mejorar nuestras vidas. A veces puede parece que no hay una salida, que es imposible encontrar respuestas, que no hay oportunidades, que las pruebas van a aplastarnos, pero Dios es grande y él puede darnos fuerzas para encontrar la salida, para encontrar las respuestas. En los momentos de prueba Dios saca lo mejor de nosotros. Hay que reconocer las debilidades y limitaciones, pero también hay que reconocer que Dios ha dado a los seres humanos capacidades increíbles para poder superar las pruebas. Siempre se puede salir adelante. Katadreuffe se sobrepuso a la adversidad que le rodeaba y nosotros también podemos superar las adversidades. Después de la tormenta siempre salió el sol.
Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar
Katadreuffe no fijo sus ojos en el rechazo o en las adversidades, él se atrevió a superarse, intentó lo imposible, estudió, leyó, y logró convertirse en abogado. No se conformo con ser uno más, no miró su pasado, se concentró en su presente y fijo metas, objetivos. Jamás se contento con la miseria, la desgracia, la falta de recursos, la indiferencia y la injusticia. Por el contrario se sobrepuso a todo esto y mucho más, logrando salir adelante pese a todo. Al igual que Katadreuffe todas las personas podemos salir adelante, podemos llegar a buen puerto. Lo importante es comenzar y seguir adelante. Con la ayuda de Dios podemos mejorar nuestras vidas. A veces puede parece que no hay una salida, que es imposible encontrar respuestas, que no hay oportunidades, que las pruebas van a aplastarnos, pero Dios es grande y él puede darnos fuerzas para encontrar la salida, para encontrar las respuestas. En los momentos de prueba Dios saca lo mejor de nosotros. Hay que reconocer las debilidades y limitaciones, pero también hay que reconocer que Dios ha dado a los seres humanos capacidades increíbles para poder superar las pruebas. Siempre se puede salir adelante. Katadreuffe se sobrepuso a la adversidad que le rodeaba y nosotros también podemos superar las adversidades. Después de la tormenta siempre salió el sol.
Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar
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