martes, 14 de agosto de 2007

La capacidad de cambio


Los seres tenemos la posibilidad de cambiar, podemos modificar nuestros puntos de vista, nuestras opiniones, ver la vida de muchas formas distintas. Aprendemos cosas nuevas y vamos adquiriendo nuevas experiencias. La vida nos va enseñando. Equivocarse es humano, y aprender es de sabios. Y se puede decir, que lo que no crece muere. Se hace camino al andar. Las posibilidades de crecer son muchas, por esto hay que marchar hacia delante con un proyecto de vida coherente, manteniendo el contacto con la realidad, sobreponiéndonos a los imprevistos, ejercitando la voluntad, haciéndonos fuertes ante lo inevitable, sacando fuerzas de debilidad, aceptando nuevos desafíos, buscando nuevas oportunidades, sabiendo que las incertidumbres son muchas, pero que la vida es maravillosa. Recordemos que aunque lo tengamos todo planeado siempre surgirán imprevistos en el camino. Siempre aparecerán circunstancias que no esperábamos. A este respecto, el Dr. Jaime Barylko, en su ensayo En busca de uno mismo, dice: “La verdad de mi biografía es que nunca supe que quería, que siempre me encontré queriendo en ciertas circunstancias, que soy las sumas y las restas y las multiplicaciones de lo que fui, de lo que no fui, de lo que pude haber sido, de lo que dejé de ser, de lo que otros quisieron que fuera, de circunstancias, accidentes, imprevisiones, y de todo eso que se llama vida, vida de uno, de uno mismo, y que en verdad es algo así como un frasco lleno de gránulos movedizos que ora te pintan una figura, ora otra, como las linternas mágicas de antaño”.
La vida esta plagada de nuevos horizontes, sorpresas, caminos que se bifurcan, alegrías y tragedias. Pensamos que sabemos lo que queremos hasta que pasa algo inesperado y nos rompe los conceptos prefabricados, las ideas quedan obsoletas, los pensamientos quedan ofuscados por las circunstancias y los miedos. Pero cuando creemos en Dios, auque sabemos que aunque planifiquemos todo y siempre surjan imprevistos, la vida tiene sentido porque Dios esta en su trono y tiene todo bajo control. Todas las cosas, aunque muchas veces la vida nos lleva por senderos desconocidos, si creemos en Dios, nos ayudan para bien. Las circunstancias, sean cuales fueren, sean revitalizantes o debilitadoras, siempre nos llevan al cambio, el crecimiento, nos elevan sobre la mediocridad y la monotonía, nos elevan sobre el aislamiento y la incomprensión. El propósito del cambio es hacer la vida más interesante, fructífera, afable, variada. La posibilidad de cambio hace que la vida no sea aburrida, las circunstancias amplían nuestro conocimiento, nos dan una panorámica, nos ayudan a ver el árbol solitario y también el bosque. “Toda existencia individual está determinada por innumerables influencias del ambiente humano”.

Julio césar cháves
escritor78@yahoo.com.ar

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