lunes, 16 de julio de 2007

Un experimento loco y lamentable



El Dr. Raymond Moody, autor del Best Seller ‘Vida después de la vida’, expresó: “Debemos reconocer que algunas personas realmente temen a la alegría, al júbilo, al placer o a otros estados emocionales usualmente positivos. A muchas de estas personas, la alegría les provoca sentimiento de culpa, vergüenza o insignificancia”. Algunas personas dicen que a la vida hay que tomarla en serio.
Los tales jamás están con una sonrisa en los labios. Andan serios como un muerto. Le temen a la felicidad. Le temen a la alegría. Le temen a las sonrisas explosivas de dientes blancos. Para ellos una persona que sonríe, es un individuo que toma la vida ligeramente. Pero, por supuesto, también estamos nosotros que nos permitimos estar alegres. Nos permitimos esto, porque sabemos que una sonrisa es un infalible remedio-como dice la revista ‘Selecciones’.
Sé que en nuestro país estamos pasando una época difícil. Sé que es difícil sonreír en una Argentina donde abunda la hipocresía, la gente que come de la basura, y los jubilados que no disponen de alimentos y medicamentos necesarios. Sin embargo, es necesario que nos permitamos tener una sonrisa en los labios, porque sino sucede lo que dijo el filósofo Jorge Santayana: “La felicidad es la única exigencia de la vida, cuando no hay felicidad, la existencia se convierte en un experimento loco y lamentable”. ¿Es tu vida un experimento loco y lamentable? Ojala que no. Es lamentable nuestra época porque es poca de alegría que sale a flote. Son pocas las personas que son felices. Claro que hay muchos individuos que fingen serlo. Estos, por lo general, son los que pagan grandes sumas de dinero para que los cómicos profesionales los hagan reír, por lo menos, para escapar aunque sea un poquito, de la triste realidad que los abruma. Estos individuos están, si me permiten la expresión, muertos en vida. Sófocles siempre decía: “El hombre que no goza de las alegrías de la vida, ya no vive y debe ser dado por muerto”.
Hablando de alegría, en este momento me viene a la memoria una película que me pareció muy interesante, porque trata sobre como podemos atravesar una situación difícil con osadía, si tememos, por supuesto, una perspectiva positiva de los problemas. Esa película es: “Una señal de esperanza del director Meter Kassovitz. En la misma, se cuenta la historia de Heym, un viudo apesadumbrado por la ocupación alemana de su Polonia natal. Heym vive en un ghetto polaco. Y es allí donde esconde en su casa a una niñita judía, que estaba destinada a morir en los campos de concentración. Además, como si este riesgo fuera poco, Heym se mete en problemas cuando cuenta la noticia que escuchó en un cuartel: los rusos invadirán Polonia y será el final de los nazis. El secreto deja de serlo con más rapidez de lo que se piensa, causando la alegría de todos los habitantes del lugar. Una clave para Heym, que entenderá que, si inventa nuevas noticias alentadoras, podrá ayudar a sus amigos a soportar tantos sufrimientos. Bueno, al final de todo, la buena noticia que portaba Heym, era un invento de él. Y ese invento causó su muerte. Sin embargo, la historia no termina ahí, pues al final, llegan los rusos y los cohabitantes de Heym son liberados.
Sonriamos pues lo necesitamos. Nosotros somos quienes perfeccionamos nuestra propia felicidad. Nosotros somos quienes tenemos la capacidad de ser positivos. ¡Usémosla! Soren Kierkegaard declaró: “Un hombre, que como ser físico tiende siempre a volcarse hacia su exterior, pensando que su felicidad se encuentra fuera de él, mira finalmente su interior y descubre que la fuente está dentro de sí”. Y George Bernard Shaw agregó: “Mediante la risa se puede destruir al mal sin malicia, y afirma el buen compañerismo sin sensiblería”.

Julio C. Cháves.
Escritor78@yahoo.com.ar

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