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El mundo es bello si lo contemplamos con la sencillez de un niño. El sol es hermoso. Hermosas son la luna y las estrellas. Hermosas son las flores y las mariposas. El mundo es hermoso porque Dios lo creó. Dios diseñó el cosmos, nuestros cuerpos y todo lo que nos rodea. A cada paso del camino de la vida puedo decir que la creación es perfecta. Veo esa perfección en la salida del sol que se pone por encima de los árboles verdes. Veo esa perfección por las noches cuando contemplo las estrellas, ordenadas meticulosamente en el cielo. Veo esa perfección en las zumbantes abejas, en los pájaros multicolores y en la inocente mirada de un niño. Todo es bello en mil formas diferentes y en multitud de colores. Es bello y gozoso caminar en este mundo con la sencillez de un niño.
Jorge Porcel, en su libro ‘Risas, aplausos y lágrimas’, explica como él se dio cuenta de la maravilla de la creación, de la siguiente manera: “Mi esposa me ha regalado una Biblia. Mientras me voy congregando domingo a domingo y escuchando la prédica de mi pastor voy comprendiendo el tesoro lleno de sabiduría que encierra este libro. ¡Cuántos llamados de alerta tienen sus palabras! ¡Cuánta verdad encierra sus proverbios! Basta ver como está puesta la naturaleza en el mundo, sus montañas y valles, ríos, la fauna y la flora, el mar infinito, el cielo, este planeta se recicla naturalmente, donde todo muere y nace al mismo tiempo, con una fuerza y un tiempo imposible de explicar. Solamente ver como un pavo real despliega sus colores, cómo están dispuestas cada una de sus plumas, qué artesano habrá puesto estos matices, quién habrá dispuesto los colores de las orquídeas, el perfume de una rosa o el sabor de una uva. Miremos donde miremos, vayamos donde vayamos estamos ante la presencia de Dios, el creador de todo. Mi creador”. La creación está impregnada de infalibilidad. Siempre habían brillado el sol y la luna; siempre los ríos habían murmurado y las abejas habían zumbido. Sin embargo, no todos percibían estás maravillas. Únicamente son percibidas por aquellas personas que sus vidas son importantes y que todo fue creado por Dios para que lo disfrutemos. El mundo es maravilloso, es tan maravilloso que comprenderlo no puede ser pescado por la red del pensamiento. Solamente puede ser comprendido, y no en su totalidad, por los hombres que son como niños. Jesús dijo: “De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él”. (Lucas 18:17).
Kahlil Gibran dijo: “Mi único deseo es encontrar la manera exacta, la vestimenta correcta para que lo que esta voz tiene para decir llegue a los oídos humanos. Es bello poder hablar de Dios con los otros. No podemos entender enteramente la naturaleza de Dios porque no somos Él, pero al menos podemos prepara nuestra conciencia para crecer usando sus manifestaciones visibles”. La creación y su diseño particular, dan testimonio de que Dios existe y de que Él es el diseñador de todo el universo. Debemos ser conscientes de que Dios nos creó. Saber esto es un impulso creativo. El Salmo 24:1-5 dice: “De Jehová es la tierra y
Su plenitud;
El mundo y los que en él
Habitan.
Porque Él la fundó sobre los mares,
Y la afirmó sobre los ríos.
¿Quién subirá al monte de Jehová?
¿Y quién estará en su lugar santo?
El limpio de manos y puro de corazón;
El que no ha elevado su alma a cosas vanas,
Ni jurado con engaño.
El recibirá bendición de Jehová,
Y justicia del Dios de salvación”.
Julio C. Cháves. Escritor78@yahoo.com.ar
Jorge Porcel, en su libro ‘Risas, aplausos y lágrimas’, explica como él se dio cuenta de la maravilla de la creación, de la siguiente manera: “Mi esposa me ha regalado una Biblia. Mientras me voy congregando domingo a domingo y escuchando la prédica de mi pastor voy comprendiendo el tesoro lleno de sabiduría que encierra este libro. ¡Cuántos llamados de alerta tienen sus palabras! ¡Cuánta verdad encierra sus proverbios! Basta ver como está puesta la naturaleza en el mundo, sus montañas y valles, ríos, la fauna y la flora, el mar infinito, el cielo, este planeta se recicla naturalmente, donde todo muere y nace al mismo tiempo, con una fuerza y un tiempo imposible de explicar. Solamente ver como un pavo real despliega sus colores, cómo están dispuestas cada una de sus plumas, qué artesano habrá puesto estos matices, quién habrá dispuesto los colores de las orquídeas, el perfume de una rosa o el sabor de una uva. Miremos donde miremos, vayamos donde vayamos estamos ante la presencia de Dios, el creador de todo. Mi creador”. La creación está impregnada de infalibilidad. Siempre habían brillado el sol y la luna; siempre los ríos habían murmurado y las abejas habían zumbido. Sin embargo, no todos percibían estás maravillas. Únicamente son percibidas por aquellas personas que sus vidas son importantes y que todo fue creado por Dios para que lo disfrutemos. El mundo es maravilloso, es tan maravilloso que comprenderlo no puede ser pescado por la red del pensamiento. Solamente puede ser comprendido, y no en su totalidad, por los hombres que son como niños. Jesús dijo: “De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él”. (Lucas 18:17).
Kahlil Gibran dijo: “Mi único deseo es encontrar la manera exacta, la vestimenta correcta para que lo que esta voz tiene para decir llegue a los oídos humanos. Es bello poder hablar de Dios con los otros. No podemos entender enteramente la naturaleza de Dios porque no somos Él, pero al menos podemos prepara nuestra conciencia para crecer usando sus manifestaciones visibles”. La creación y su diseño particular, dan testimonio de que Dios existe y de que Él es el diseñador de todo el universo. Debemos ser conscientes de que Dios nos creó. Saber esto es un impulso creativo. El Salmo 24:1-5 dice: “De Jehová es la tierra y
Su plenitud;
El mundo y los que en él
Habitan.
Porque Él la fundó sobre los mares,
Y la afirmó sobre los ríos.
¿Quién subirá al monte de Jehová?
¿Y quién estará en su lugar santo?
El limpio de manos y puro de corazón;
El que no ha elevado su alma a cosas vanas,
Ni jurado con engaño.
El recibirá bendición de Jehová,
Y justicia del Dios de salvación”.
Julio C. Cháves. Escritor78@yahoo.com.ar
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