Los cristianos esperamos a Cristo ya que él prometió que vendrá otra vez. Esta esperanza ilumina nuestros corazones y llena de sentido nuestras vidas. A través de los escritos de los escritores bíblicos advertimos la gloriosa promesa de la segunda venida: “De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él”. (Epístola de Judas 14). De la misma forma que la epístola de Judas dice esto respecto a la segunda venida, el profeta Isaías también lo dice a su modo: “He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro”. (Isaías 40:10). Y en otro capítulo, el mismo profeta sigue afirmando: “Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho. Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación”. (Isaías 25:8,9).
El profeta Daniel, un hombre muy bendecido por Dios, refirió respecto al reinado de Cristo en nuestro tiempo: “Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre”. (Daniel 2:44). Tito 2:12,13 también expresa lo siguiente respecto a la esperanza en la segunda venida: “Enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”. Para el apóstol Pedro la promesa de la segunda venida también fue una fuente de esperanza: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas! Cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!”. (2 Pedro 3:9-12).
El autor del libro de Apocalipsis, Juan, también escribió sobre la segunda venida: “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén”. (Apocalipsis 1:7). "Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removieron de su lugar. Los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?”. (Apocalipsis 6:14-17). La segunda venida de Cristo es la esperanza que tenemos los cristianos. Cristo traerá al mundo la paz y la armonía que tanto necesitamos. El pondrá fin a todos los males humanos y los que hemos creído en él tendremos gozo por siempre.
Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar
El profeta Daniel, un hombre muy bendecido por Dios, refirió respecto al reinado de Cristo en nuestro tiempo: “Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre”. (Daniel 2:44). Tito 2:12,13 también expresa lo siguiente respecto a la esperanza en la segunda venida: “Enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”. Para el apóstol Pedro la promesa de la segunda venida también fue una fuente de esperanza: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas! Cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!”. (2 Pedro 3:9-12).
El autor del libro de Apocalipsis, Juan, también escribió sobre la segunda venida: “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén”. (Apocalipsis 1:7). "Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removieron de su lugar. Los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?”. (Apocalipsis 6:14-17). La segunda venida de Cristo es la esperanza que tenemos los cristianos. Cristo traerá al mundo la paz y la armonía que tanto necesitamos. El pondrá fin a todos los males humanos y los que hemos creído en él tendremos gozo por siempre.
Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar
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