jueves, 28 de junio de 2007

La niebla del corazón roto


El mundo está hecho espasmódicamente de lágrimas. El corazón, quiere soñar, pero el sufrimiento nubla su entendimiento. Sin embargo, a pesar de que le cuesta latir, sigue cumpliendo su función con dignidad y osadía. Le cuesta mirar de frente las estrellas, pero las sigue mirando…Ay corazón, no pares de soñar con ser feliz, pues todavía no has probado la mitad de la vida. Ay, corazón no pares de cantarle a Dios, pues las estrellas de eterno fulgor te sonreirán a su tiempo. Sé, corazón mío, que estás herido, lastimado, desgarrado, bloqueado por la aflicción.

Sé que el país está mal y no te da oportunidades de amar. Sé que la gente de hoy mira de lo de afuera y te deja de lado, pero a pesar de los vientos contrarios, sigue luchando, pues hay esperanza para quienes siguen viviendo con alegría y con sueños. Es cierto que todo está mal, pero hay que seguir mirando lo bueno en el mundo.Corazón, no pares de latir, de sonreír, vive tus días con visión positiva. Para de llorar. No te vayas de mí. Es enorme el silencio si no estás dentro de mi pecho, es un camino de piedras la vida sin ti. ¿Qué ha pasado contigo? No te vayas de mí, no entiendo lo que está pasando en este país donde los corruptos pululan como si fueran dioses salvadores. No te vayas corazón, pues quizás la esperanza nos vuelva a juntar, y la impunidad y los ventajeros y los aduladores con doctorado, se marchen de aquí. Que nuestro pacto sagrado sea no mentir. No seamos como los políticos que mienten sin escrúpulos y les roban el pan a los pobres, a los niños, a los jubilados. Si es verdad que me quieres, por favor no pares de soñar, pues te necesito.Corazón, ahora quiero compartirte algo muy alentador que he leído. Max Lucado en su libro “Con razón lo llaman el salvador”, escribió algo muy significativo respecto a la niebla del corazón: “La niebla del corazón roto. Es una neblina oscura que apresa sigilosamente el alma y le impide un fácil escape. Es una silenciosa neblina que eclipsa el sol y acentúa las tinieblas. Es una nube pesada que no respeta hora ni persona. Depresión, desaliento, duda…son los compañeros de esta miedosa presencia. La niebla del corazón roto desorienta nuestra vida. Hace difícil ver el camino. Apaga las luces. Empaña el parabrisas. Baja lentamente. Haga lo que usted quiera nada sirve. Cuando esta niebla nos envuelve, las más ardientes palabras de ayuda y esperanza no son sino frases vacías. Si usted ha sido traicionado por un amigo, sabe lo que quiero decir. Si usted ha sido dejado por una esposa, o abandonado por un padre, o si alguna vez ha echado un puñado de tierra sobre el féretro de un ser querido, usted ha visto esta niebla”.Corazón, a ti te ha cubierto esta niebla. Pero no obstante, no tienes de qué preocuparte, pues el sol del cielo, la estrella resplandeciente de la mañana, Jesús, va a evaporar esa niebla que te abruma y te aflige. Jesús es el sol de los amaneceres de nuestro corazón. Hay esperanza. Hay solución. Quizás el mundo no cambie jamás, pero eso no importa. Lo que realmente importa es que Jesús está llamando. El dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”. Jesús sabe lo que es continuar por u túnel que aparentemente no tiene final. El sabe lo que es una lanza, qué son los clavos romanos y que es el sufrimiento sin final. Por todo esto, corazón, no pares de soñar, no pares de buscar, y mira con anhelo de felicidad, de frente las estrellas.Julio C. Cháves. juliogenial@hotmail.com

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