domingo, 24 de junio de 2007

La maldición de ser escritor

Hace unos días, Leopoldo Brizuela (Inglaterra. Una fábula, 1999) se acercó hasta el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires para intentar cobrar 500 pesos, por haber sido jurado en un concurso literario realizado en noviembre de…2005. Se explicó su problema a una de las empleadas concentrada en su sándwich.
-¿Usted estuvo aquí?-preguntó la mujer.
-Si, señora, cinco veces.
-¿Y usted es escritor?
Brizuela miró la bolsa de la carnicería que llevaba en la mano y dijo:
-Si, señora, soy escritor.
La mujer dejó el sándwich, anotó un número de expediente y le dijo que, de ahora en más, podía consultar todo por Internet.
Ya en su computadora, Brizuela ingresó a
http://sistemas.gba.gov.ar y observó los incesantes movimientos del expediente: del Instituto Cultural a la Unidad de Contratos, de ahí a la Dirección Provincial de Coordinación de Políticas Culturales, para pasar al Departamento de Contrataciones, Suministros y Depósito y la Fiscalía del Estado, entre otros organismos. Así desde el 17 de noviembre de 2005 hasta el 30 de mayo de 2007. Brizuela todavía no sabe cuándo cobrará. Y tampoco si alguna vez su caso dejará de decorar los escritorios de la administración pública. Fuente: Revista Ñ de clarín, por Diego Erlan.

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