Definitivamente muchas veces nos sentidos como fuera de lugar, fuera del mundo, no encajamos, y es como que hablamos un idioma que nadie entiende ni comprende. Nos sentimos como los protagonistas del film Fuera del mundo, del director italiano Giuseppe Piccioni. Los protagonistas del film viven en universos diferentes, cada uno de ellos están sometidos a rutinas, horarios, responsabilidades, y de alguna manera, a todos ellos hay cosas que no le cierran, de ahí su falta de sentido, las dudas, los miedos y el enfrentamiento con la propia insatisfacción interior. Pero más allá de que eventualmente nos sentimos como fuera del mundo siempre pasa algo que nos une al mundo de los demás.
En la película, por ejemplo, los personajes son saberlo están destinados a relacionarse. El lazo que los une es un bebe abandonado en un parque. La monja Caterina lo encuentra envuelto en un pulóver que tiene una etiqueta de la tintorería de Ernesto y Ernesto regaló este pulóver a una de sus empleadas llamada Teresa. Entonces, Caterina, Ernesto y Teresa comienzan a mezclarse. Son aparentemente débiles, solitarios, sin vínculos, es como que están fueran del mundo, pero la vida y sus múltiples circunstancias los unen. Y estos personajes toman decisiones que marcan sus vidas, disfrutan de su libre albedrío, toman iniciativa, van ocupando su lugar en la vida y alguien permite que estos personajes se unan y es nada más ni nada menos que Dios.
Al igual que Caterina, Ernesto y Teresa, nosotros, aunque nos sentimos muchas veces como fuera del mundo y nos escondemos debajo de la ropa que usamos, debido a las múltiples circunstancias de la vida nos vamos mezclando con los demás. Los seres humanos disfrazamos nuestra soledad de muchas formas, pero tarde o temprano tenemos que enfrentarla y salir hacia fuera de nuestra piel. Las cosas que nos pasan jamás nos pasan en el momento justo sino que siempre nos suceden o antes o después de tiempo. Cuando vi este film entendí que en la vida vamos tomando decisiones constantemente y que no podemos ir hacia atrás sino que vamos avanzando junto con el tiempo del presente hacia el futuro y el día de ayer habita únicamente en nuestra memoria. Lo aceptemos o no, la vida nos mezcla con todo lo que nos rodea y cuando nos creemos más seguros y confiados, es ahí cuando suceden cosas que nos hacen sentir fuera de lugar, fuera del mundo, y es ahí, también, cuando vamos ordenando nuevamente nuestras vidas, es ahí, cuando de una u otra forma vamos encontrando nuestro lugar en la vida de los demás. En síntesis, con una simple frase, el poeta, prosista y clérigo ingles John Donne, lo resume todo: “Ningún hombre es una isla, algo completo en sí mismo; todo hombre es un fragmento del continente, una parte de un conjunto”.
Julio césar cháves juliogenial@hotmail.com
En la película, por ejemplo, los personajes son saberlo están destinados a relacionarse. El lazo que los une es un bebe abandonado en un parque. La monja Caterina lo encuentra envuelto en un pulóver que tiene una etiqueta de la tintorería de Ernesto y Ernesto regaló este pulóver a una de sus empleadas llamada Teresa. Entonces, Caterina, Ernesto y Teresa comienzan a mezclarse. Son aparentemente débiles, solitarios, sin vínculos, es como que están fueran del mundo, pero la vida y sus múltiples circunstancias los unen. Y estos personajes toman decisiones que marcan sus vidas, disfrutan de su libre albedrío, toman iniciativa, van ocupando su lugar en la vida y alguien permite que estos personajes se unan y es nada más ni nada menos que Dios.
Al igual que Caterina, Ernesto y Teresa, nosotros, aunque nos sentimos muchas veces como fuera del mundo y nos escondemos debajo de la ropa que usamos, debido a las múltiples circunstancias de la vida nos vamos mezclando con los demás. Los seres humanos disfrazamos nuestra soledad de muchas formas, pero tarde o temprano tenemos que enfrentarla y salir hacia fuera de nuestra piel. Las cosas que nos pasan jamás nos pasan en el momento justo sino que siempre nos suceden o antes o después de tiempo. Cuando vi este film entendí que en la vida vamos tomando decisiones constantemente y que no podemos ir hacia atrás sino que vamos avanzando junto con el tiempo del presente hacia el futuro y el día de ayer habita únicamente en nuestra memoria. Lo aceptemos o no, la vida nos mezcla con todo lo que nos rodea y cuando nos creemos más seguros y confiados, es ahí cuando suceden cosas que nos hacen sentir fuera de lugar, fuera del mundo, y es ahí, también, cuando vamos ordenando nuevamente nuestras vidas, es ahí, cuando de una u otra forma vamos encontrando nuestro lugar en la vida de los demás. En síntesis, con una simple frase, el poeta, prosista y clérigo ingles John Donne, lo resume todo: “Ningún hombre es una isla, algo completo en sí mismo; todo hombre es un fragmento del continente, una parte de un conjunto”.
Julio césar cháves juliogenial@hotmail.com
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