Escuche decir a alguien que preocuparse consiste en ocuparse antes de tiempo. La preocupación siempre esta vinculada con el pesimismo. Será por esto que un médico americano dijo que la preocupación influye en la circulación de la sangre, en el corazón, en las glándulas, y en todo el sistema nervioso. Perjudica la salud. Muchos han muerto por el exceso de preocupación. Cuando uno se pre-ocupa, es decir, se ocupa de algo antes de tiempo, es proclive a un estado permanente de ansiedad. Los psiquiatras dicen que el trastorno de ansiedad patológico esta íntimamente ligado a la preocupación excesiva. Esto no quiere decir que uno se pre-ocupe por el futuro este mal o sea perjudicial, lo que quiere decir es que debemos preocuparnos equilibradamente. Este bien tener un proyecto de vida y pensar a largo plazo, pero de todas formas hay cosas que debemos dejarlas en las manos de Dios ya que él cuida de nosotros. A este respecto Jesús dijo: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos”. “Ahora, escribió Carlos Pulgarín en www.elredentor.com es necesario aclarar que cuando Dios dice que no nos afanemos, que no nos preocupemos, no nos está diciendo que no debemos planear para el mañana. No nos está diciendo que debemos tener una actitud despreocupada e irresponsable. No quiere decir que no proveamos para el futuro. De hecho la Biblia toma como ejemplo a la hormiga que recoge su comida en el verano para tener alimento durante el invierno. La Biblia nos habla de la ley de la siembra y la cosecha”.
Los cristianos debemos confiarle nuestro futuro a Dios. Claro que debemos programar, planear, trabajar, proyectar las cosas, pero siempre teniendo en cuenta que Dios es nuestra fuente de felicidad, armonía y gozo. Debemos esperar en Dios. Nuestro Dios es un especialista en hacer que las cosas se hagan realidad. Él hace lo imposible posible. Por esto los que creemos en este poderoso Dios no andamos por vista sino por fe. No necesitamos ver para creer sino creer para ver. Las preocupaciones nos obstaculizan y nos impiden disfrutar del presente. Cuando ponemos énfasis en el futuro y pensamos en una cosa constantemente, eso se hace realidad. Si somos pesimistas las cosas nos van a ir mal, pero si somos optimistas y trabajar por darle forma a nuestra vida, confiando en Dios y empleando los dones y capacidades que él nos dio para salir adelante no tenemos por que preocuparnos por el futuro ya que al cuidar en presente, el futuro se cuida solo. Cada día tiene su propio mal. No debemos dejarnos esclavizar por la preocupación. Alguien dijo que el ignorante se preocupa porque no sabe nada y que el sabio se preocupa porque sabe mucho. El que tiene se preocupa por miedo a perder lo que tiene y el que no tiene nada se preocupa por llegar a tener algo. El joven se preocupa por miedo al futuro y el viejo se preocupa porque tiene que enfrentar la muerte. La realidad es que aunque nos preocupemos no podemos cambiar nada. Cada día tiene sus responsabilidades y obligaciones. A medida que van surgiendo las cosas vamos resolviéndolas. Cuidamos el presente porque es cuidarlo implica ir hacia un buen futuro. Buscamos el reino de Dios porque lo que necesitamos para vivir y ser felices Dios nos lo va añadiendo. Debemos darnos cuenta que no podemos cruzar el puente antes de llegar al río, es decir no sirve de nada adelantarnos a los acontecimientos de la vida. Frank Crane escribió un artículo titulado Solo por Hoy que dice:
1. Sólo por hoy, seré feliz.
2. Sólo por hoy, trataré de ajustarme a lo que es y no trataré de ajustar todas las cosas a mis propios deseos. Aceptaré mi familia, mis negocios y mi suerte como son y procuraré encajar en todo ello.
3. Sólo por hoy, cuidaré de mi organismo. Lo ejercitaré, lo atenderé, lo alimentaré, no abusaré de él ni lo abandonaré, en tal forma que será una perfecta máquina para mis cosas.
4. Sólo por hoy, trataré de vigorizar mi espíritu. Aprenderé algo útil. No seré un haragán mental. Leeré algo que requiere esfuerzo, meditación y concentración.
5. Sólo por hoy, ejercitaré mi alma de tres modos. Haré a alguien algún bien sin que él lo descubra. Y haré dos cosas que no me agraden hacer para ejercitarme.
6. Sólo por hoy, seré agradable. Tendré el mejor aspecto que pueda, me vestiré con la mayor corrección a mi alcance, hablaré en voz baja, me mostraré cortés, seré generoso en la alabanza, no criticaré a nadie, no encontraré defectos en nada y no intentaré hacer notar a una persona lo mal que otro se ha comportado.
Julio césar cháves escritor78@yahoo.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario