miércoles, 9 de mayo de 2007

Esclavos del humanismo.


Los humanistas han dejado de lado a Dios y han centrado su mirada en el ser humano. Se consideran ateos o agnósticos. Algunos humanistas también tienen otros conceptos filosóficos de Dios como es el deísmo que expresa la idea de que es posible que haya habido un Dios pero que ahora ya no existe y que dejó que la creación sea gobernada por sus leyes naturales. Los humanistas han desalojado a Dios de sus vidas y dependen de su razonamiento, de la historia y las experiencias personas para formar un criterio ético-moral sobre el sentido existencial. El humanismo no considera que la Biblia sea la palabra de Dios y descarta verdades doctrinales como la pecaminosidad del hombre, el castigo eterno, la necesidad del arrepentimiento y la justificación y salvación a través de Jesucristo. También rechazan la necesidad de vivir conforme a la voluntad de Dios, promoviendo a su vez la permisividad y el librepensamiento.
“En el período de las tinieblas de la Europa Occidental, los conceptos de esta filosofía fueron extirpados por el poder político de la Iglesia. Los que expresaban dictámenes en oposición a los dogmas religiosos dominantes eran desterrados, torturados o ejecutados. Fue tan solo en el Renacimiento de los siglos XIV al XVII, con el desarrollo del arte, la música, la literatura y los grandes viajes de navegación, que se pasó a considerar la alternativa de pasar de una existencia centrada en "Dios" a una alternativa humanista. Durante el iluminismo del siglo XVIII, con el desarrollo de la ciencia, los filósofos finalmente comenzaron a criticar abiertamente la autoridad de la Iglesia y a engranar lo que hoy se conoce con el nombre de "Librepensamiento".
Los que formularon la filosofía humanista desconocían que al eliminar los conceptos cristianos, avalaba el hecho de que la humanidad se zambullera en el pantano del hedonismo, el relativismo, la permisividad, el materialismo y el nihilismo. Debido a que los seres humanos a lo largo de la historia de la humanidad han destronado a Dios de sus corazones y han puesto a la razón existencialista en su lugar, hemos visto como se sucedieron genocidios, guerras, hambrunas y todo tipo de males sociales, económicos, morales y éticos que han destrozado a la humanidad. En su ensayo Manifiesto cristiano, el Dr. Francis A. Schaeffer, teólogo y filósofo cristiano, escribió a este respecto: “El término humanismo, según se usa de este modo más amplio y prevalerte, significa que el hombre parte de él mismo, sin ningún conocimiento fuera de aquel que él mismo pueda descubrir y sin medida de todas las cosas, según lo declaró el siglo de las luces. Puesto que el concepto que el humanista tiene del hombre es erróneo, también lo es el concepto que tiene de la sociedad y de la ley; no teniendo una base adecuada ni para la sociedad ni para la ley…”.
El humanista nos aleja de Dios y nos hace descreer de la Biblia como la palabra de Dios, pero Dios a través de su palabra nos dice que él existe y que es real y verdadero. Dios en su palabra nos advierte a este respecto que “la amistad del mundo es enemistad contra Dios” (Santiago 4:4), y en contraste nos dice que hay vida en abundancia a través de Jesucristo. (Juan 10:10) Jesús mismo prometió vida eterna para aquellos que fueran fieles a Dios (Juan 17:3; Mateo 10:32,33; Juan 14:1-3, 23,24). El Dr. Tim LaHaye, en su ensayo, The Battle for the Mind sugirió: “Nuestra sociedad actual está en un estado de decadencia moral, no porque la mayoría de americanos amen la degeneración, sino porque la influencia humanista ha sido mayor en nuestra cultura que la influencia de la iglesia” (1980, p. 189). La iglesia del Señor Jesucristo debe predicar la verdad que es la palabra de Dios. Dios es el centro de los cristianos. Los incrédulos deben saber que el que no tiene tiempo para Dios tiene tiempo para sufrir. Sin Dios no podemos ser felices. En las sagradas escrituras se hallan las respuestas a todas las preguntas. La razón humana es limitada, pero si leemos la palabra de Dios, en oración y con la ayuda de su Espíritu santo, podemos encontrar la verdad y el sentido de nuestra existencia. Nuestras vidas deben ser teocentricas. Dios es nuestro centro de gravedad. Aunque para muchos el evangelio de Cristo sea locura, nosotros los cristianos que Dios existe y que hay salvación a través de Jesucristo. “Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación (1 Corintios 1:19-21).
Julio césar cháves
escritor78@yahoo.com.ar juliogenial@hotmail.com

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