domingo, 29 de abril de 2007

¿La caja inteligente?


En todas partes del mundo los individuos están pendientes de la caja inteligente. Los nuevos televisores siguen siendo el centro de atención de la vida familiar. Hasta podríamos decir que el televisor es considerado como un miembro más de la familia. Muchos profetas cibernéticos aseguran que en el futuro próximo el ser humano podrá conectarse al universo de Internet de manera tan sencilla como cambiar de canal. En la actualidad hay televisores ultra finos, interactivos, inteligentes y de profunda definición La televisión moderna depara nuevas emociones. Los televisores están adelgazando hasta llegar a ser como un cuadro. La televisión es un gran negocio y el medio más culpable de la cultura agonizante y de la corrupción moral de la actualidad. Un hombre llamado Malcolm Muggeridge dice que las personas al asomarse ante la pantalla creen ver la realidad, pero lo cierto es que sin darse cuenta lo que consumen es pura fantasía. Están contemplando una imagen recortada a capricho de los productores, que no presentan lo que es, si no que presentan lo que les conviene y lo que ellos quieren mostrar como realidad. Yo siempre creí, hasta que madure intelectualmente, que lo que veía en la pantalla del televisor me mantenía bien informado y que mostraba lo que pasaba en el mundo real. Pero ahora se que todas las imágenes son redactadas a gusto del editor. Debido a esto desconfío de todo lo que me vende la televisión. Bien lo declaró el escritor cubano Alejo Carpentier: “Hoy la ‘inteligencia’ ha declarado la guerra de la TV. Pero esta es, a la vez, lo mejor y lo peor que hay en el mundo, y del usuario depende no dejarse atosigar por cuanto cae del éter”.
No cabe duda, pues, que hay programas y películas constructivas, pero también salta a la vista que en su mayoría la televisión lo único que brinda a sus espectadores es estupidez, parálisis mental, escapismo trivial y manipulación de las masas. La televisión es el opio de nuestra cultura agonizante. Cuando los programas de la TV están bien preparados, esta fuerza de la visión es utilizada como una forma absoluta de manipulación. Los usuarios de la caja inteligente están siendo objeto de una manipulación sutil y tortuosa. Algunos intelectuales afirman que los gobiernos democráticos han terminado, ya que muy pronto estaremos todos conectados a una gran computadora, vía la televisión, y de ese modo podremos saber lo que todos los habitantes del mundo estén pensando. En ese momento la opinión de la mayoría se hará ley en esa misma hora. Esta es la inmoralidad que impera en la sociedad que se dice democrática, pero que en realidad es la cuna de manipuladores desalmados y totalmente oportunistas. Alain Touranine, sociólogo francés, explicó: “La televisión será la base de la opinión pública. Ha creado un mundo esquizofrénico en el que entre el individuo y lo global no hay nada”. Y Federico Fellini, el gran director de cine italiano, comunicó: “La televisión es el espejo en donde se refleja la derrota de todo nuestro sistema cultural”.
La televisión puede ser utilizada de modo tan sutil que el ser humano no puede percibirlo. Se puede afectar a los seres humanos proyectando imágenes rápidas, sin que los usuarios se den cuenta de que esto está sucediendo. En una ocasión se probó proyectando un veloz flash en un cine: “Beba coca cola. Beba Coca-cola. Beba coca-cola”. Nadie se había dado cuenta, en el cine, de que esto había sucedido, pero a la salida del cine se quedaron sin coca-cola varios negocios de varias manzanas aledañas. Mientras se trate de Coca-Cola la cuestión no es peligrosa. Pero, ¿si el mensaje no fuera positivo? ¿Qué pasaría con los espectadores? Martín Heidegger, prolífico filósofo alemán, explicó: “Muy pronto la televisión, para ejercer su influencia soberana, recorrerá en todos los sentidos toda la maquinaria y el bullicio de las relaciones humanas”.
Julio C. cháves
escritor78@yahoo.com.ar

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