domingo, 18 de marzo de 2007

Voluntad para aprender.

Voluntad es una palabra muy significativa. La palabra voluntad viene del latín “Volúntas” y quiere decir: Potencia espiritual que mueve a hacer o no una cosa. Libre albedrío. Energía moral, intención, propósito. Hay que aprender para vivir mejor. Sin voluntad, sin conocimiento, la vida se complica innecesariamente. La intención de ser feliz de una persona es directamente proporcional a sus ganas de adquirir conocimiento, para vivir de un modo inteligente y poder así, sacar provecho de las elecciones de vida. ¿Qué sería de nosotros sin conocimiento? Seríamos unos pobres infelices-ignorantes condenados al fracaso constante. Si no pensamos, orientados por un sólido conocimiento, es obvio que no podemos saborear la vida, no podemos ser felices. La voluntad para aprender y las ganas de adquirir conocimiento, son las características que distinguen al hombre inteligente del ignorante. Por supuesto, no estoy diciendo que debemos ser sabelotodos. No. Lo que quiere decir es que siempre debemos estar con ganas de aprender. El conocimiento nos ayuda a vivir. Pero claro, el auténtico conocimiento es aquel que entra a formar parte de nosotros mismos. Lo que pensamos es lo que somos.
La persona inteligente no es la que cree que ya sabe todo, sino que es aquella que renuncia a lo que sabe para volver a aprender. El hombre simplista es aquel que toma la vida como se presenta. Este, vive de acuerdo a la ignorancia de confiar ciegamente en el azar, en el destino. Pero por su parte, el hombre que piensa inteligentemente es aquel que lee, que pregunta cuando no sabe, que adquiere conocimiento mediante la lectura disciplinada. Sócrates dijo: “Sólo sé una cosa, que no sé nada”. Ciertamente siempre hay algo que aprender. No hay nada más estúpido que andar por la vida sin conocimiento o como sabelotodo. Lo cierto es que cada cual escribe el guión de su vida.
Debemos vivir con curiosidad, pues: “En las mentes grandes y generosas la curiosidad es la última y la primera de las pasiones”, afirmó S. Johnson. Siempre podemos aprender algo nuevo. Hay libros que no hemos leído. Hay películas que no hemos visto y hay personas que todavía no conocemos. Sabiendo la forma de pensar de una persona podemos saber cómo le irá en la vida. La persona simple vive sin pensar. De esta persona, podemos decir que le esperan muchos sufrimientos. Por otro lado, el ser inteligente vive pensando en las consecuencias de sus actos, en los pros y en los contras y además, vive en un estado constante de ACCION/REFLEXION. Preguntando podemos llegar a Roma o a cualquier parte. Con voluntad, con conocimiento y con amor, la vida es más hermosa.
Lo realmente importante no lo conseguimos en un día. Para llegar al éxito (pensar y vivir de un modo inteligente) necesitamos ser constantes; a veces son necesarios muchos años de preparación. El amanecer llega después de la noche. Si queremos vivir inteligentemente, debemos leer muchos libros, ver muchas películas y conocer personas que nos influencien positivamente. Con voluntad todo es posible. No hay arma más poderosa que la voluntad. Claro, la voluntad debe ir acompañada de amor y práctica de lo aprendido, pues: “El que aprende y aprende, y no practica lo que sabe es como el que ara y ara y nunca siembra”, declaró Platón. Voluntad. Conocimiento. Amor. Praxis. Estas palabras son el común denominador de los seres inteligentes.

Julio C. Cháves

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