“El tiempo es el escudero que guía a la juventud”, dijo George Herbert. Durante la juventud es probablemente la época de la vida donde perdemos tiempo con mayor facilidad. Cuando la piel esta lisita, sin arrugas, nuestros ojitos ven bien, y contamos con pocos años, todo nos resulta eterno, pensamos que todo durará para siempre pero la realidad es que la juventud desaparece porque todo es efímero. Así pues, a medida que vamos creciendo y van transcurriendo los años, nos vamos dando cuenta de las cosas que realmente tienen importante y que nos ayudan a distribuir nuestro tiempo de una manera productiva, constructiva. Cuando la juventud se va uno se da cuenta de que el paraíso en la tierra no existe, y que realmente existen responsabilidades, obligaciones y cosas que uno debe hacer para instalarse en la sociedad y mantener una vida ordenada, moral, socialmente aceptable, humana, familiar. En tanto vamos avanzando por la vida, transitamos por experiencias diferentes que nos moldean y nos convierten en seres más maduros, inteligentes. Como dije, durante la juventud todo es de color rosa, pero las cosas van cambiando y la vida va evolucionando.
Evidentemente durante la juventud es importante cuidar el tiempo e invertirlo en cosas que tienen propósito, como es el caso del trabajo, el estudio, la familia. La vida es una cuestión de tiempo. Por esto hay que hacer que el paso del tiempo sea nuestro colaborador cotidiano. El tiempo es un sabio maestro. Nos enseña cuales son las cosas importantes, que cosas valen la pena. Muchos jóvenes gastan su tiempo en actividades que no tienen sentido, dejan de lado la familia, el trabajo, las responsabilidades y no se dan cuenta que el tiempo corre a un ritmo trepidante y que va cambiando todo lo que roza. Muchos dilapidan su tiempo pero a la larga se dará cuenta de lo que están desperdiciando. Porque la vida es tiempo.
El paso del tiempo es una gran escuela donde todos somos alumnos. Algunos alumnos hacen sus tareas, prestan atención y rinden bien los exámenes, pero otros no le dan importante a las explicaciones que da el maestro tiempo, rinden mal sus exámenes y repiten de grado constantemente, por esto andan mal. Los que estudian y hacen su trabajo son quienes sacan provecho de sus elecciones de vida. Eligen bien. Viven bien. Tienen paz. Tienen seguridad. Saben lo que quieren. El tiempo, como buen maestro, va mejorando nuestra vida con múltiples situaciones, circunstancias y eventos. A algunos no les agradan ciertas cosas pero si suceden es porque la vida desea enseñarnos algo. La adversidad, el dolor, la pérdida, la alegría, todo tiene sentido y sucede por algo. De algún modo esto nos vuelve maduro. Según Carlyle “Quien no tiene visión de la eternidad, no puede asirse del tiempo”.
El que cree saberlo todo esta perdido. El que cree que la piel lisita durante para siempre esta perdido. Nada es para siempre. Hay que pensar. Hay que decidir si queremos ganar o perder el tiempo. Cada uno debe atenerse a las consecuencias de sus decisiones. Frederic Perthes le dijo en una ocasión a un joven amigo: “Sólo sabéis demasiado bien lo que podéis hacer; pero hasta que no hayáis aprendido lo que no podéis hacer, no llegareis a realizar nada de importancia, ni a conocer la paz interior”. Lo que llamamos sentido común no es otra cosa que el resultado de las experiencias acumuladas. Las buenas experiencias nos preparan para vivir con tranquilidad y sabiduría. Cuidar el tiempo es cuidarse uno mismo. Quien cuida su tiempo logrará realizarse en casi todos los aspectos de su vida. Hay que tener los ojos abiertos. Estar despierto porque el tiempo corre. Siempre hay que estar atento para aprender de los maestros-circunstancias que la vida nos ponga delante.
Julio César Cháves escritor78@yahoo.com.ar
Evidentemente durante la juventud es importante cuidar el tiempo e invertirlo en cosas que tienen propósito, como es el caso del trabajo, el estudio, la familia. La vida es una cuestión de tiempo. Por esto hay que hacer que el paso del tiempo sea nuestro colaborador cotidiano. El tiempo es un sabio maestro. Nos enseña cuales son las cosas importantes, que cosas valen la pena. Muchos jóvenes gastan su tiempo en actividades que no tienen sentido, dejan de lado la familia, el trabajo, las responsabilidades y no se dan cuenta que el tiempo corre a un ritmo trepidante y que va cambiando todo lo que roza. Muchos dilapidan su tiempo pero a la larga se dará cuenta de lo que están desperdiciando. Porque la vida es tiempo.
El paso del tiempo es una gran escuela donde todos somos alumnos. Algunos alumnos hacen sus tareas, prestan atención y rinden bien los exámenes, pero otros no le dan importante a las explicaciones que da el maestro tiempo, rinden mal sus exámenes y repiten de grado constantemente, por esto andan mal. Los que estudian y hacen su trabajo son quienes sacan provecho de sus elecciones de vida. Eligen bien. Viven bien. Tienen paz. Tienen seguridad. Saben lo que quieren. El tiempo, como buen maestro, va mejorando nuestra vida con múltiples situaciones, circunstancias y eventos. A algunos no les agradan ciertas cosas pero si suceden es porque la vida desea enseñarnos algo. La adversidad, el dolor, la pérdida, la alegría, todo tiene sentido y sucede por algo. De algún modo esto nos vuelve maduro. Según Carlyle “Quien no tiene visión de la eternidad, no puede asirse del tiempo”.
El que cree saberlo todo esta perdido. El que cree que la piel lisita durante para siempre esta perdido. Nada es para siempre. Hay que pensar. Hay que decidir si queremos ganar o perder el tiempo. Cada uno debe atenerse a las consecuencias de sus decisiones. Frederic Perthes le dijo en una ocasión a un joven amigo: “Sólo sabéis demasiado bien lo que podéis hacer; pero hasta que no hayáis aprendido lo que no podéis hacer, no llegareis a realizar nada de importancia, ni a conocer la paz interior”. Lo que llamamos sentido común no es otra cosa que el resultado de las experiencias acumuladas. Las buenas experiencias nos preparan para vivir con tranquilidad y sabiduría. Cuidar el tiempo es cuidarse uno mismo. Quien cuida su tiempo logrará realizarse en casi todos los aspectos de su vida. Hay que tener los ojos abiertos. Estar despierto porque el tiempo corre. Siempre hay que estar atento para aprender de los maestros-circunstancias que la vida nos ponga delante.
Julio César Cháves escritor78@yahoo.com.ar
No hay comentarios.:
Publicar un comentario