jueves, 8 de marzo de 2007

Si estás cansado de la vida.

En su libro titulado On The Anvil, Max Lucado cuenta la historia de Crater, un hombre de cuarenta y pico años de edad que de un día para el otro se cansó de la vida. Después de haber almorzado con sus amigos en un restaurante de Nueva York, abordó un taxi y se fue para siempre. Jamás se escuchó nada más de él ni nadie lo volvió a ver. Y después de cincuenta años de investigación se han barajado múltiples teorías sobre su misteriosa desaparición pero no se ha llegado a ninguna conclusión. Debido a que Crater era un renombrado juez del tribunal supremo de Nueva York, muchos investigadores sospecharon que tal vez lo habrían matado, pero no se halló ninguna pista sólida. Se presentaron otras opciones: secuestro, conexiones con la mafia y hasta el suicidio, pero ¡nada! Una investigación en su departamento rebeló una única pista. Encontraron una nota adjunta a un cheque de una considerable suma, ambas cosas dejadas a su esposa. La nota decía sencillamente: “Estoy muy cansado. Te amo.Crater”.
El cansancio que sentía José Crater no era cansancio físico sino almático. El desaliento causó un grave impacto en su corazón. Anuló su sensibilidad hacia la vida. Cuando alguien se cansa de la vida al igual que Crater vive sumido en lamentaciones y cree tristemente que su vida no tiene sentido. Total las cosas andan mal y seguirán igual de mal. ¿De que sirve luchar y procurar sobreponerse a la adversidad? El cansancio hacia la vida inmoviliza, ofusca, paraliza, deja sin capacidad de reacción hacia las cosas importantes. Cuando el cansancio posee el alma de un individuo todo es nefasto y la vida esta como muerte en vida.
¡Cuánto cansancio! Se advierte en los rostros y en las masculladas y arrastradas lamentaciones. Las frases de las amarguras que salen de los labios de quienes se han cansado de la vida por arrastran por el suelo como malditas serpientes. Ahora cabe preguntar, ¿Quién se no cansó alguna vez? ¿Quién no quiso bajar los brazos ante el dolor? Se puede decir que todos los seres humanos sobre la faz de la tierra en algún momento de sus vidas se cansan de vivir y quieren dejar todo de lado. Así pues también están los individuos que ante tales circunstancias salen adelante y se sobreponen a los problemas. Si uno se pone a pensar tiene la esperanza de saber que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Siempre que llovió paró. Todo puede cambiar y mejorar. Simplemente hay que mirar las cosas en positivo. Nuestra actitud debe ser positiva. Debemos tener en cuenta nuestra intrínseca capacidad de superación. Es cierto que la vida por momentos se torna irónica permitiéndonos ver las palmeras en el horizonte dejándonos morir de sed en medio del desierto. Pero de todos modos siempre podemos aprender algo de la adversidad y los problemas. Las cosas pasan para enseñarlos la esencia de las personas y las múltiples circunstancias que nos rodean. Hay que seguir adelante pese a todo. Nunca es tarde. Siempre se puede estar mejor. Ovidio dijo: ¿Qué cosa es más dura que las piedras y que cosa más blanda que el agua? Con todo, las duras piedras son taladradas con la blanda agua?”. Y Cicerón sentencia: “Es varón en que contra los constantes embates de la fortuna, milita provisto de la constancia de un pensamiento uniforme”.


Julio César Cháves.
Escritor78@yahoo.com.ar

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