viernes, 9 de marzo de 2007

Noviazgos violentos.


Burlas. Desprecios. Descalificaciones. Empujones. Bromas de mal gusto. Utilitarismo. Despotismo. Autosuficiencia. Egoísmo. Estos son algunos de los elementos que pueblan el paisaje dantesco de los noviazgos violentos.
Al abordar el tema de los noviazgos violentos no me refiero únicamente a la violencia física sino también al acoso moral y el vocabulario destructivo por parte de uno de los novios. La violencia física tiene que ver con los puñetazos, los tirones de pelo, los empujones, las patadas, el ataque con armas cortantes, etc. Y la violencia, la cual considero que es corrosiva y que a largo plazo produce la ruptura del noviazgo, es la violencia verbal. El acoso moral en este tipo de relaciones produce a largo plazo la destrucción psicológica de ambos miembros del noviazgo. El lenguaje destructivo de este tipo tiene que ver con el sarcasmo, los reproches, las alusiones malintencionadas, los comentarios utilitaristas y déspotas, exigencias relacionadas con económico, la vestimenta, la puntualidad y lo sexual. También es destructivo el carácter autoritario y mandón por parte de uno de los miembros, lo cual produce tensión nerviosa en el otro, inestabilidad emocional, vanas discusiones, celos irracionales, estrés, irritabilidad, chabacanería, gritería, etc. Cuando hay daño físico se tiene evidencia del maltrato pero cuando la violencia es psicológica y emocional, la evidencia es más difícil de poner de manifiesto. A este respecto, la psicóloga Natalia Altamiranda , coordinadora del programa Noviazgos violentos, lanzado el año pasado por la Dirección de la Mujer del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, dice: “cuando se habla de violencia en seguida se lo relaciona con un golpe de puño, pero zamarrear, empujar o tirar del pelo también son indicadores de violencia física”. También agrega: “entre los adolescentes es muy frecuente también el maltrato emocional, cuyos indicadores son en general, amenazas con cortar la relación, acusaciones, descalificaciones o celos excesivos”. En ambos casos, tanto en lo físico como en lo psicológico-emocional, la pareja genera destrucción en los dos miembros de la relación. En las relaciones de noviazgo la violencia se vive como algo natural lo que hace que sea difícil distinguirla, por falta de información muchos están inmersos en relaciones de este género. “Últimamente son frecuentes las noticias de mujeres heridas o golpeadas, inclusive muertas, por sus esposos. Las que han buscado ayuda han reconocido que desde la época de sus noviazgos aparecían detalles que al pasarlos por alto no les permitieron darse cuenta de lo que vendría después. Cuando uno se enamora suele ver todo "color de rosa". La figura de la otra persona aparece ante nuestros ojos como perfecta. Si le vemos algún pequeño defecto, corremos inmediatamente a buscar una justificación o lo vemos como un asunto pasajero”, dice un informe periodístico. Muchos psicólogos y psiquiatras especialistas en este tema afirman que la violencia en los noviazgos se debe a factores como la falta de inteligencia emocional, carencias afectivas, una mala relación con los progenitores, falta de control de los impulsos, falta de capacidad para resolver problemas, una mala autoestima, resentimiento hacia relaciones anteriores, autoritarismo, desprecio hacia uno mismo y por ende hacia el otro, narcisismo, egolatría, y una larga lista de elementos que no tiene fin. Sea cual sea la causa , si hace acto de presencia cualquiera tipo de violencia en el noviazgo, lo mejor es que ambas partes tomen distancia, resolviendo sus problemas, con la ayuda de un profesional claro, de tal modo que puedan entablar una relación de noviazgo sana y con un proyecto a corto y a largo plazo. Y recordemos lo que dijo el escritor Isaac Asimov: “La violencia es el último recurso del incompetente”. Julio César Cháves. Escritor78@yahoo.com.ar

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