martes, 6 de marzo de 2007

“Los tests de inteligencia, el cociente intelectual y la verdadera felicidad”.

Los tests de inteligencia se utilizan con el objeto de evaluar las capacidades, talentos y habilidades específicas de las personas. De esta evaluación surge la proporción de cociente intelectual que posee un individuo en particular. A través de los métodos de evaluación de la inteligencia se llega a la conclusión respecto a si un individuo es o no capaz de resolver con éxito problemas o dificultades que surjan en las tareas o conflictos propuestos por el tests de inteligencia. Los especialistas dicen que existen clásica y básicamente dos vertientes sobre las teorías de la inteligencia. Una es considerada hereditaria y la otra consiste en múltiples habilidades mentales o cognitivas sin relación entre las mismas. A esto es lo que se llama cociente intelectual. Entonces una persona inteligencia es aquella que es capaz de resolver los problemas que surjan en su trayectoria de vida. Un estudioso del tema dijo que la inteligencia tres características básicas y son la analítica, la práctica y la creativa, y la verdadera inteligencia es una mezcla equilibrada de estos tres elementos. Howard Gardner, el conocido psicólogo que formuló la teoría de las inteligencias múltiples, arguye que las personas tienen distintos estilos cognitivos, potenciales y de aprendizaje. En su ensayo La inteligencia emocional, el Dr. Daniel Goleman dice que los individuos con elevada inteligencia emocional tienen más éxito en todos los aspectos de la vida. Ahora bien, más allá de las evaluaciones a través de los existentes y numerosos tests de inteligencia, lo cierto es que no son confiables a la hora de evaluar las capacidades de las personas. Actualmente en las empresas no se tiene en cuenta únicamente el tests de inteligencia sino que se consideran otros aspectos de suma importancia como el carácter, la voluntad, el contexto social, la experiencia y muchas cosas más que de una u otra manera condicionan a las personas a la hora de darle resolución a los problemas o circunstancias de la vida.
Vale decir que los tests de inteligencia no pueden prever como un individuo confeccionará su biografía ni como actuará en determinada eventualidad ya que todos los días no son iguales y todos los días no tenemos en mismo ánimo ni pensamos igual. De hecho, en la vida cotidiana siempre surgen imprevistos y en que cree que tiene todo programado, todo organizado sabe que de cuando en cuando las cosas de salen de control y debemos reorganizar nuestros proyectos personales. Es más, hay personas que tal vez no tienen un elevado cociente intelectual pero son más exitosos que los que tienen mejores capacidades cognitivas que ellos. En la vida el éxito no depende de la capacidad intelectual sino que depende de cómo uno ve las cosas y que valores tiene. La persona inteligente busca la experiencia que desea realizar. La verdadera felicidad no tiene nada que ver con el éxito en lo profesional o laboral sino que tiene que ver con lo axiológico, la ética, la familia, la cultura, la espiritualidad y el trabajo. Además hay que decir que muchas personas intelectualmente capaces muchas veces son exitosas en lo profesional pero en lo que refiere a relaciones interpersonales y amorosas son un fracaso. Claro que la felicidad también se consigue por medios de una buena manera de pensar, eso es indudable, pero no hace falta leer miles de libros ni ser un académico. Lo importante, aunque no tengamos un cociente intelectual elevado, es cultivar pensamientos optimistas que busquen la simplificación de las cosas complejas y den resolución a los problemas que surjan y que tengan relación con cualquier aspecto de la vida, no solo el laboral sino también afectivo e intrapersonal. El Dr. Lair Ribeiro se pregunta en su libro El éxito no llega por casualidad: “¿Qué es el éxito? ¿Qué es la felicidad? ¿Qué es la suerte? ¿Por qué algunas personas tienen éxito en la vida y otras no lo consiguen? ¿Cómo se alcanza el éxito? ¿Cuál es el secreto de las personas que lo obtienen? Es simple, pero no fácil: depende de usted.” “Fundamentándose en la Programación Neurolingüística y en la "ciencia del éxito", Ribeiro enseña a aumentar la capacidad mental y a alcanzar lo que realmente se desee. La vida que lleva, la ha creado usted; por lo tanto, siempre puede mejorarla. El éxito está en sus manos. Hay una fuerza especial dentro de usted. Aprenda a usarla en su beneficio”. Después de leer este libro del Dr. Lair Ribeiro llegué a la conclusión que no hace falta tener un cociente intelectual elevado para alcanza el éxito sino que desarrollando patrones de pensamientos sencillos y positivos, sin sofisticaciones, podemos alcanzar el éxito y no solo en lo profesional o laboral sino también en lo afectivo. Pero al fin y al cabo, el verdadero desarrollo de la inteligencia es algo personal que no se puede medir con un tests de inteligencia sino que eso no lo sabe cada uno cuando a la hora de cuando se cruzan problemas o eventualidad en nuestro andar diario le damos resolución a los mismos de modo asertivo, pertinente y beneficioso. Uno puede tener la capacidad intelectiva de Forrest Gun pero a la vez puede tener éxito cultivando pensamientos sencillos como el personaje interpretado por Tom Hanks. “¡Estoy horrorizado! No sé si el mundo está lleno de hombres inteligentes que lo disimulan... o de imbéciles que no se recatan de serlo”, dijo
M. Brickman. “La ventaja de ser inteligente es que así resulta más fácil pasar por tonto. Lo contrario es mucho más difícil”, dijo Kurt Tucholsky.


Julio César Cháves
escritor78@yahoo.com.ar

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