martes, 6 de marzo de 2007

Cerebros con aserrín.


A veces decimos en broma que alguien tiene aserrín en la cabeza cuando actúa como estúpido e ignorante. Por esto quiero hablar de una buena manera de pensar. Los pensamientos son la antesala de la acción. Cultivar buenos pensamientos nos ayuda a ordenar nuestra vida y lidiar con las incertidumbres. Los buenos pensamientos son la columna vertebral de las mentes virtuosas. Usar la cabeza es fundamental si queremos disfrutar de las cosas que nos pasan y sacar provecho de nuestras elecciones de vida. Pensar es tener en cuenta las consecuencias de nuestros actos y transitar la realidad de modo más consciente. Vivimos con plenitud cuando encontramos en el pensamiento nuestra guía para mantener un comportamiento coherente. Los pensamientos deben ayudarnos a adaptarnos a las múltiples circunstancias y vivencias. Este siglo XXI, época de la velocidad, los medios masivos de comunicación, la Internet , los aviones veloces y toda una serie de compensaciones modernas, todo anda tan deprisa que cuesta detenerse a pensar, pero de todos modos hay que detener la marcha y reflexionar, cultivando pensamientos serenos, pacíficos y utilitarios. La sustancia cotidiana de la vida se construye con buenos pensamientos. Todo lo que hacemos o dejamos de hacer se genero primero en nuestra mente. Por esto debemos ser conscientes de que nuestros pensamientos y nuestro comportamiento están íntimamente relacionados. Young dijo alguna vez: “Mortal, sé virtuoso en tus pensamientos, porque el ser supremo los oye. ¿Qué cosa hay en el mundo que equivalga a los deleites del pensamiento”.
Nuestra conducta pasa de la mente a la acción. No existe una máquina como el ser humano capaz de pensar por sí mismo y mantener una conducta. Solamente los humanos tienen libre albedrío y tienen la capacidad de analizar las diversas informaciones, consejos, motivaciones y alternativas y actuar conforme a un criterio formado por los conocimientos y las experiencias personales. Obviamente que hay cosas que no podemos controlar y se nos escapan de las manos, pero de todos modos pensar en cosas positivas que traen valor a la vida es imprescindible si queremos mantener una conducta provechosa, digna de felicidad. Cuando uno tiene buen criterio elige lo mejor, lo más provechoso, lo más conveniente, lo más útil, y desarrolla una vida regida con un buen guión, estructurada por un asertivo proyecto de vida. Cuando disponemos de un cultivado y maduro criterio confeccionamos nuestra felicidad, escribiendo capítulos de felicidad en nuestra biografía, evitando sufrimientos evitables y a su vez lidiando de una forma constructiva los fracasos que se crucen en nuestro camino. Pensar, pesar las múltiples circunstancias, vivencias y eventos personales, ayuda a organizar la realidad y a tener en cuenta el tamaño de las consecuencias de nuestros actos. Los pensamientos bien confeccionados nos advierten sobre los peligros que se pueden cruzar en nuestro camino incluso cuando nos sentimos más preparados y seguros, y también nos ayudan a coordinar y concentrar nuestros recursos personales disponibles hacia la solución de los problemas. “No siempre el primer parecer es el mejor”, dijo V. Alfieri.


Julio César Cháves
escritor78@yahoo.com.ar

No hay comentarios.: