Saber que la muerte existe nos permite ser conscientes de que vivimos. La muerte es un hecho inevitable. Hay seres queridos que ya no están con nosotros. Y llegará el día cuando nosotros ya no estaremos. La muerte tiene tiempo para estar con cada uno. Ella no hace acepción de personas. No discrimina a nadie. No excluye a nadie. La muerte no respeta a nadie. El filósofo griego Epicúreo, 300 años A.C., escribió de modo cómico respecto a la muerte: “La muerte, temida como la mas terrible de las maldades, es realmente nada. Mientras vivimos, la muerte no ha llegado y cuando llega, ya no estamos”. Y C.S. Lewis reflexionó: “La muerte no es aumentada por la guerra, ella es total en cada generación”.
Muchos no tienen en cuenta a la muerte porque tienen sus estómagos llenos, porque tienen salud, porque tienen cuerpos que funcionan de modo perfecto. Actualmente vivimos en una sociedad donde la muerte ha sido dejada de lado. Todos viven como si serían eternos. Algunos preguntan con apatía: ¿Qué es la muerte? Dicen esto porque anhelan permanecer aferrados a esta vida. Quieren vivir porque aman la vida en el cuerpo físico. Eludir el tema de la muerte les impide disfrutar la vida de modo puro. Al contrario, los que tienen en cuenta a la muerte son más sensibles a los efectos, a lo esencial, a la valoración de los seres queridos. La muerte es un elemento más de la vida. Saber que ella existe nos permite valorar mucho más la vida. A la muerte nadie la esquiva, pues ella nos da toda una vida de ventaja porque sabe que al final nos alcanzará. Sé que la muerte es real porque en mi ciudad hay un cementerio donde yacen muchos de mis seres queridos. La muerte es inevitable. Todos morimos.
El Dr. Billy Grahan dice al referirse a la muerte: “La muerte esparce su sombra sobre la tierra. En cada continente, en cada nación y a través de cada ciudad, pueblo, aldea y choza, la muerte galopa con plena libertad. La muerte es un maestro consumado de la destrucción; y sus credenciales van delante de la misma: aborto, abuso, adicción, brutalidad, crimen, enfermedad, drogas; odios, lascivia, crimen, abandono, pestes, conflicto racial, violación, venganza, hambre, suicidio, violencia y guerra. Estas son las barajas de su juego”. La muerte es una realidad universal. Nacemos, envejecemos y morimos. Esta vida es un periodo entre dos eternidades. Acá estamos para amar, convivir. La muerte debe ayudarnos a entender lo importante que es la vida. Si de veraz queremos amar inteligentemente, creo que debemos manifestar afecto ahora, mientras nuestros corazones laten. Sinceramente tengo que decir que hay personas que quieren purgar su falta de afecto hacia sus seres queridos, yendo al cementerio todos los días. Ahora debemos valorar a nuestros seres queridos. La vida es la oportunidad que debemos aprovechar para amar.
Uno de los deseos básicos del alma es seguir viviendo. La primera ley de la naturaleza es el instinto de conservación. Queremos seguir aferrados a esta vida. Por eso, evitamos el tema de la muerte. Pero la muerte no puede ser evitada. Ciertamente cada uno de nosotros tiene una cita particular con ella. Finalmente quiero citar a Jhon Milton que dijo: “La muerte es la gran llave que abre el palacio de la eternidad”.
Julio C. Cháves
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