sábado, 17 de marzo de 2007

¿Humanos inhumanos?





Los seres humanos también somos inhumanos. La historia de la humanidad yace salpicada de sangre, violencia y degradación. Los hombres han tratado de modo infrahumano y maldito a otros hombres. Basta mirar la televisión para enterarnos que miles y miles de niños mueren de hambre todos los días. Secuestros, corrupción, polución, injusticias, discriminaciones, abortos, millones de aberraciones colman las paginas de los diarios y la Internet. Por donde miremos advertimos sangre de inocentes derramada. Los que gobiernan roban y los gobernados, con su identidad anulada y alineada, son conducidos a la ignorancia, la drogadicción y la delincuencia. Marginados, despojados de su humanidad, los pobres son torturados por las brutales burlas y mentiras mediáticas. Solo abunda la violación a la moral. Somos esclavos de nuestra inhumanidad. Por tanta evolución hemos perdido las cosas esenciales de la vida. Antes se casaban los hombres con mujeres, pero ahora se casan personas del mismo sexo y neciamente intentan que a esto se llame “Familia”. Esto si que es vanidad y perdida de identidad.
No hay perdón ni bondad. Esta es una generación sumergida en la oscuridad del consumismo y el individualismo feroz. Postergados y marginados, los jóvenes intentan construir la vida, pero la sociedad los consume con su jerarquía de maldad. Hipocresía mediática. Glamour de los pudientes por un lado y la gente mendigando por otro lado. Mientras algunos son humillados por protestar, otros están sonrientes y con la panza llena en su torre de marfil. La actual realidad mediática refleja el rostro hosco de la barbarie humana. Los gusanos de sensualismo comen nuestras mentes y cansados de desengaños, sucumbimos ante el cruel hedonismo que aniquila las sanas relaciones interpersonales. Esto si que es perdición.
Si uno ignora lo que pasa, parece como si el mundo estaría bien. Pero si uno comienza a observar se da cuenta de que las cosas no andan bien. La realidad es que calificar nuestras barbaries como brutalidad o animalidad es un injusto y piadoso eufemismo. Estamos mal como sociedad. Un mundo esclavo de la maldad no es algo bueno. Un mundo de esclavos felices no es un mundo feliz. Pidamos clemencia. Seamos solidarios. Reconozcamos nuestra inhumanidad. Dejemos de burlarnos y mentir. Todo tiene un límite. Digámosle no al los verdugos que dicen si. Nadie podrá detener la fuerza de nuestra clemencia. Basta de miserias, basta de excrementos engañosos y lágrimas de cocodrilo. Mantengamos firme nuestra moral. Nuestros ideales sean puestos bien en alto. Nuestros corazones que sigan latiendo. Y que nuestras almas sean redimidas por el bien. Apaguemos el fuego de desamor e indiferencia. Miremos a los demás con compasión. Dejemos de derramar sangre inocente. Abramos nuestros corazones al amor. Saquemos las vendas de hipocresía de nuestros ojos y dejemos que la luz de la bondad nos ayude a ver la realidad tal cual es. Cambiemos. Dejemos de sufrir…

Julio C. Cháves.

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