En el film Desafío al tiempo, dirigido por Gregory Hoblit se plantea el siguiente interrogante: ¿Qué sucedería si tuviésemos la oportunidad de retroceder en el tiempo y cambiar un solo acontecimiento de nuestras vidas? ¿Cuál sería el resultado si cambiáramos nuestro pasado? Bueno, la respuesta a este interrogante es lo que el protagonista del film, John Sullivan, trata de encontrar. John seguramente cambiaría los hechos acontecidos en 12 de octubre de 1969, cuando el incendio descontrolado de Bruxton se cobró la vida de su padre, un heroico bombero. Aunque entonces era tan solo un niño, Jhon siempre ha soñado con poder detener la tragedia de aquel funesto día, en que se desencadenaron la ira y la soledad que lo aprisionaron desde aquella indeleble circunstancia que le dejó una dolorosa huella en su alma, hasta incluso marco su vida de adulto de policía en los años 90.
Un día Jhon estaba probando la radio de onda corta que su padre utilizaba cuando él era pequeño, antes de que falleciera el 12 de octubre del 69, cuando de pronto, misteriosamente, el sueño utópico de Jhon de poder cambiar su pasado se hace realidad. De una manera inexplicable, Jhon por medio de la radio de onda corta de su padre, accidentalmente logra cruzar la barrera del tiempo. Entonces al darse cuenta de que se comunicó con su padre a través del tiempo, intenta modificar el trágico episodio del 12 de Octubre del 69. Pero Jhon no tiene en cuenta algo muy significativo, que es cuando se modifica el pasado también se modifica automáticamente el futuro y el presente. Al final del film todo tiene un final feliz…
Claro Desafío al tiempo es un film y la realidad es totalmente diferente a la ficción. Al pasado no podemos cambiarlo, pero lo que si podemos hacer es modificar nuestro presente, de tal modo que nuestro futuro sea más o menos como nosotros pretendemos que sea. Estamos instalados en el presente y es nuestra responsabilidad vivir consciente. Ciertamente el tiempo se nos escapa de las manos como agua entre los dedos. Todos tenemos fijados los latidos del corazón. Alguien dijo que al reloj de la vida sólo una vez cuerda se le da y nunca nadie podrá decir cuando sus manecillas detendrá. El presente es un valioso componente de la vida que debe apreciar y valorar. No debemos derrochar nuestro presente ni malgastarlo en pavadas. Dios nos ha regado latidos del corazón y no debemos malgastarlos. Debemos entender que todo tiene su tiempo. El libro de Eclesiastés dice: “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer y tiempo de morir”. Marcos Aguinis en su ensayo El atroz encanto de ser argentinos, dijo: “Hay modos alternativos de acceder a la realidad, que jamás podrán ser transitados por quienes cultivan la ignorancia”. Y de una de las formas de cultivar la ignorancia es malgastar el tiempo en trivialidades y pavadas. El pasado es pasado. No podemos cambiarlo, pero podemos interpretarlo y sacar una enseñanza de el. Recordemos que el tiempo perdido no volvemos a recuperarlo jamás. “Escoger el propio tiempo es ganar tiempo”, dijo Sir Francis Bacon.
Julio César Cháves escritor78@yahoo.com.ar
Un día Jhon estaba probando la radio de onda corta que su padre utilizaba cuando él era pequeño, antes de que falleciera el 12 de octubre del 69, cuando de pronto, misteriosamente, el sueño utópico de Jhon de poder cambiar su pasado se hace realidad. De una manera inexplicable, Jhon por medio de la radio de onda corta de su padre, accidentalmente logra cruzar la barrera del tiempo. Entonces al darse cuenta de que se comunicó con su padre a través del tiempo, intenta modificar el trágico episodio del 12 de Octubre del 69. Pero Jhon no tiene en cuenta algo muy significativo, que es cuando se modifica el pasado también se modifica automáticamente el futuro y el presente. Al final del film todo tiene un final feliz…
Claro Desafío al tiempo es un film y la realidad es totalmente diferente a la ficción. Al pasado no podemos cambiarlo, pero lo que si podemos hacer es modificar nuestro presente, de tal modo que nuestro futuro sea más o menos como nosotros pretendemos que sea. Estamos instalados en el presente y es nuestra responsabilidad vivir consciente. Ciertamente el tiempo se nos escapa de las manos como agua entre los dedos. Todos tenemos fijados los latidos del corazón. Alguien dijo que al reloj de la vida sólo una vez cuerda se le da y nunca nadie podrá decir cuando sus manecillas detendrá. El presente es un valioso componente de la vida que debe apreciar y valorar. No debemos derrochar nuestro presente ni malgastarlo en pavadas. Dios nos ha regado latidos del corazón y no debemos malgastarlos. Debemos entender que todo tiene su tiempo. El libro de Eclesiastés dice: “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer y tiempo de morir”. Marcos Aguinis en su ensayo El atroz encanto de ser argentinos, dijo: “Hay modos alternativos de acceder a la realidad, que jamás podrán ser transitados por quienes cultivan la ignorancia”. Y de una de las formas de cultivar la ignorancia es malgastar el tiempo en trivialidades y pavadas. El pasado es pasado. No podemos cambiarlo, pero podemos interpretarlo y sacar una enseñanza de el. Recordemos que el tiempo perdido no volvemos a recuperarlo jamás. “Escoger el propio tiempo es ganar tiempo”, dijo Sir Francis Bacon.
Julio César Cháves escritor78@yahoo.com.ar
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