Me
gusta que las cosas funcionen. No entiendo como hay gente conformista. Es
necesario determinarse a cambiar las circunstancias. No podemos dejar que los
problemas nos dobleguen. Usemos la cabeza. Pensemos. Nuestras creencias nos
condicionan. Así que saquemos de nuestra cabeza todas las creencias autos
limitantes. La forma en que hablemos de nosotros mismos o del mundo que nos
rodea configurará nuestro presente y nuestro porvenir. A la gente que le van
mal en la vida es porque ha tenido expectativas negativas. Sus creencias
derrotistas, negativas, los han conducido a la desdicha y la infelicidad. En
cambio, aquellos que tienen expectativas positivas y creen que pueden sucederle
cosas buenas, seguramente encontrarán éxito y bendición a donde quiera que estén.
“Cuando todo recurso físico y mental está focalizado, se multiplica de manera
tremenda el poder de uno para resolver un problema”, escribió Norman Vincent
Peale.
Nada funciona solo. Es necesario hacer que las cosas funcionen. Todo lo
que creamos se convertirá en nuestra realidad. Por eso debemos esforzarnos,
trabajar por cambiar lo que podemos cambiar. Nada funciona por casualidad ni
existe un genio de una lámpara que conceda nuestros deseos. Nosotros somos
quienes gestionamos nuestra felicidad. “Hay una cualidad que uno debe poseer
para ganar, y es determinación de propósito, el conocimiento de lo que uno
quiere y un deseo ardiente de lograrlo”, dijo Napoleón Hill. Vivamos con
entusiasmo. Hagamos nuestras tareas diarias con la determinación de que todo
nos va a salir bien. Hagamos que funcione…
Julio césar cháves
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