sábado, 12 de marzo de 2011

Cómo lograr que nadie lastime tu corazón

No tenés que depender de nadie ni tenés que permitir que los demás se te adhieran a tu vida. Cuando permitís que otras personas dependan de vos vas a atraer problemas a tu vida. Jamás tenés que intentar cambiar a nadie. Los demás son como son. Y tampoco permitas que otros quieran cambiarte. Vos sos vos y tenés derecho a ser auténtico, original. Cuando nacimos al mundo vinimos solos, desnudos. De bebes dependíamos de nuestras madres, pero cuando atravesamos la pubertad y nos convertimos en adultos dejamos de depender de otros, ya somos autónomos, independientes. Somos adultos y no le pertenecemos a nadie. Somos dueños de nosotros mismos. Tomamos nuestras propias decisiones, elegimos nuestro camino.

Muchas personas buscan ser aprobadas, confirmadas. Si no son aduladas se sienten mal, porque creen erráticamente que no valen nada. Por supuesto que todos necesitamos ser afirmados, ser percibidos. Pero esto no significa que permitamos que otros nos manipulen para ser aceptados. Conozco personas que cometen el error de pagarles a los demás para ser aceptados. Por el hecho de buscar confirmación muchos son utilizados, manejados, controlados. Si queremos estar bien y mantenernos sanos emocionalmente necesitamos entender que no le debemos nada a nadie ni nadie nos debe nada a nosotros. Claro que todo ser humano necesita mantener relaciones interpersonales sanas, pero esto no significa depender de otros. De hecho, hay personas que hoy nos quieren y que mañana pueden cambiar de opinión. Para evitar ser lastimados debemos entender que somos importantes y que nadie puede herirnos porque somos valiosos y Dios nos ha validado al crearnos.


No tenemos que abrirle nuestro corazón a nadie y menos a las personas problemáticas, conflictivas. Hay personas que abusan, maltratan, echan culpas, critican, acosan moralmente, hacen todo tipo de males porque fueron descalificados y esto es lo que comunican a otros. Porque el que esta herido hiere a otros. El lastimado, lastima. Debemos relacionarnos con personas que desean nuestro bien, con personas que nos afirman, nos ayudan. Si alguien te dice que no se puede vos tenés que pensar que si podes. Cualquiera puede aprender a aumentar su capacidad mental. Cualquiera puede alcanzar sus sueños siempre y cuando no deje que los demás lo limiten. La palabra crisis, en chino, tiene dos significados: peligro y oportunidad. Los que creemos en nosotros mismos elegimos que la palabra crisis en chino significa oportunidad. Somos valiosos y podemos salir adelante.


Para dejar de sufrir hay que entender que no le podemos caer bien a todo el mundo. Ni siquiera Jesús consiguió caerle bien a todo el mundo. De hecho, lo crucificaron a quienes vino a salvar. Al que le caemos bien le caemos bien pero si no nos quieren no importa. Dios nos ama y hay gente que nos ama y eso es lo que importa. Elegimos estar sanos. Elegimos ser libres. Elegimos la paz. No somos víctimas de nadie. Recordamos el sufrimiento porque pertenece a nuestro pasado, pero no guardamos rencor ni somos resentidos. En vez de mirar atrás miramos el horizonte y creamos nuestro futuro. Si nos ofenden no aceptan las ofensas porque el que se ofende es esclavo del ofensor. Pero nosotros elegimos la felicidad. Decidimos lo que vamos a pensar y a sentir. Decidimos que todo nos saldrá bien. Decidimos prosperar. Decidimos creer en nuestro Dios. “La sabiduría involucra el entender cuán especial eres por causa de todo lo que Dios ha hecho por ti”, dijo H. Norman Wrigth.


Ante la adversidad no reacciones por instinto. El que reacciona por instinto no soluciona los problemas sino que los complica aún más. El ignorante busca los problemas, una persona sana soluciona los problemas. Los problemas son nuestros aliados ya que aprendemos de ellos y nos fortalecen. Vivir es aprender. Vivir es crecer. Vivir es avanzar hacia nuestros sueños. Vivir es depender de Dios. El Dr. John C. Maxwell escribió: “Es imposible hacer todas las situaciones a la medida para que se ajusten a nuestras vidas perfectamente. Pero es posible hacer nuestras actitudes a la medida para que se ajusten a las situaciones perfectamente. El apóstol Pablo demostró hermosamente esta verdad cuando estaba prisionero en Roma. La verdad es que no había recibido un simple sacudón. El lugar de su confinamiento era frío y oscuro. Sin embargo, escribe a la iglesia de Filipo diciéndoles radiante de gozo: “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!”. (Filipenses 4:4).

Julio césar cháves escritor78yahoo.com.ar
www.juliochaves.blogspot.com

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