Si entendemos que Dios es nuestro Padre entonces estamos destinados a la bendición. Fuimos creados para estar conectados con Dios. “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen”, dice Juan 10:14. Si no entablamos una relación íntima con el Señor estamos condenados al fracaso. Del mismo modo que necesitamos relacionarnos con otros seres humanos, también necesitamos de Dios. Y la única manera de conectarnos con el Señor es orando. La oración nos acerca a Dios y nos conduce a la bendición. Posiblemente las personas que nos rodean en algún momento van a fallarnos de una u otra manera, pero Dios no nos falla nunca. Él es fiel, inmutable, verdadero. Así que busquemos a Dios en oración y él se acercará a nosotros. Dice la palabra que si confiamos en él todas nuestras necesidades serán suplidas. Si estamos en comunión con Dios, estamos en bendición. Si Dios es nuestro Padre nada nos faltará. Si Dios es nuestro Padre todo nos saldrá bien. Si Dios es nuestro Padre, la salud y la prosperidad serán nuestro distintivo. Dios es amor y nos ama con amor eterno. Su amor tiene tal magnitud que dio a su único Hijo para ser sacrificado por nosotros. Si Dios es nuestro Padre seremos prosperados y bendecidos en abundancia. “Las enormes olas del mar se rompían contra las rocas. Brillaban los relámpagos y rugían los truenos. Soplaban los vientos, pero el pajarillo, en una hendidura de la roca, dormía tranquilamente con la cabecita bajo el ala”. Este pajarito representa la paz. Dios es nuestra paz en medio de las tormentas de la vida. Si Dios es nuestro Padre estaremos tranquilos como el pajarito del cuento. El salmo 39:7 dice: “Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza está en ti”.
Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar
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