viernes, 7 de agosto de 2009

Llama a lo que no es como si fuese


Fe es creer para ver. Fe es llamar lo que no es como si fuese. Posiblemente el diablo querrá que dudemos de la fidelidad de Dios, pero nosotros tenemos que seguir confiando en él. Nuestro Señor nunca nos deja desamparados, él siempre esta a nuestro lado. Llamemos la bendición a nuestra vida. Hablemos de trabajo, salud, prosperidad. Recordemos que el Señor dijo que de la abundancia del corazón habla la boca. Si confesamos derrota vamos a vivir sumidos en depresión, pero si declaramos victoria y abundancia y llamamos lo que no es como si fuese, Dios honrará nuestra fe y nos concederá las peticiones de nuestro corazón. Dios quiere bendecirnos, pero no puede hacerlo si no tenemos fe. Por eso dice la Biblia que para el que cree todo es posible. Si tenemos fe lo tenemos todo, nada nos faltará. Segunda de corintios 4:13 dice: “Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos”.
Dios ha establecido leyes espirituales que rigen el universo. Una de esas leyes que rigen nuestras vidas es la ley de la fe y la confesión. La fe debe ir acompañada de confesión. Si decimos que tenemos fe y hablamos derrota nuestra conducta es incongruente, pero si tenemos fe y confesamos victoria nuestra fe es sublime. Creámosle a Dios. Creamos en sus promesas. Si otras personas nos cierran puertas, no temamos porque nuestro Dios abre puertas. Jamás desconfiemos de la fidelidad de Dios. Él se goza cuando ve a uno de sus hijos que confiesa abundancia y felicidad aún en momentos de sufrimiento. Dios bendice a que cree que puede ser bendecido. Nadie puede robarnos la bendición. Nadie puede limitarnos. Nadie puede acusarnos. Nadie puede robarnos el gozo. Si Dios esta con nosotros y escucha nuestras oraciones, nada puede impedir que nos bendiga.
Las palabras que salen de nuestros labios tienen que ser de bendición. Confesemos abundancia aún cuando no tengamos trabajo. Confesemos salud aún estando enfermos. Confesemos paz aún en situaciones de dolor. La confesión atrae la bendición de Dios. La confesión atrae la presencia de Dios. El que habla lo que cree llama lo que no es como si fuese. MARCOS 11:23 dice: “Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho”.

Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar

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