jueves, 25 de junio de 2009

Superando los momentos difíciles

¿Cómo logró el apóstol Pablo superar todos los momentos difíciles que atravesó? Logró salir adelante porque Dios iba abriendo caminos delante de él. Cada vez que Pablo atravesaba un momento difícil es porque detrás de esas pruebas momentáneas estaba esperándolo el éxito. El diablo quiere que al atravesar momentos difíciles fijemos nuestros ojos en los problemas y dejemos de fijar nuestros ojos de Jesús. Entonces, cuando un cristiano deja que el obstáculo eclipse sus ojos y pierde la fe, la bendición se aleja de él, pero cuando un cristiano pasa por una dificultad y fija sus ojos en Jesús, no solamente va a superar ese obstáculo momentáneo sino que también va a crecer y prosperar en medio de la dificultad. Si estamos bajo la cobertura de Dios los momentos difíciles no vienen porque estemos haciendo algo mal sino porque Dios tiene preparado cosas grandes para nosotros. Detrás de las pruebas esta la bendición de Dios.

Alguien dijo que en los momentos de aflicción nos encontramos habitualmente con las maravillas del amor de Dios. La verdad es que el tamaño de la dificultad determina el tamaño de la bendición. Cuanto más grande es el momento de dolor más grande será la bendición que vendrá sobre nuestras vidas. Segunda de Corintios 12:9 dice: “Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”. Jamás tenemos que permitir que el diablo desvíe nuestros ojos del Señor. Podemos pasar por pruebas, pero nunca tenemos que quejarnos, siempre tenemos que darle gracias a Dios, incluso por los momentos difíciles porque cuando viene una prueba grande también vendrá una bendición grande. Segunda de Corintios 12:10, sigue diciendo: “Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”.
Lo que aprendemos del apóstol Pablo es que él nunca se quejó de sus problemas ni se convirtió en víctima de sus circunstancias ni tampoco quiso darle lástima a nadie. Él confió en Dios y fue bendecido en abundancia. Cuando nos victimizamos y damos lástima a los demás estamos diciendo que no podemos hacer nada ni podemos sobreponernos a la dificultad. Pero el que confía en Dios jamás se pone en víctima sino que asume el control de su vida, sacando provecho de todos sus momentos difíciles. Si Dios esta con nosotros nadie ni nada puede condicionarnos ni limitarnos, somos valiosos y victoriosos en Dios. Dios no abandona a los suyos. Él es fiel. En medio de las pruebas gocémonos en el Señor. En medio de las lágrimas alegrémonos en el Señor. Dios abrirá caminos. Él sacará agua de la roca. Convertirá el desierto en un manantial de agua viva. Aunque los momentos difíciles nos hagan sufrir, a la larga o a la corta la bendición de Dios nos va a alcanzar.

Julio césar cháves
escritor78@yahoo.com.ar

1 comentario:

F.D.A.P dijo...

Querido Hermano, te dejo este Blog para que lo Leas y Lo Medites en tu Corazón.
Yo No Creo en Iluminados…..Tu Sabes que Todos los Hombres Somos Pecadores, pero Sí es Posible, que el Señor nos Abra los Ojos, y Nos de Discernimiento, para que Comprendamos Cabalmente su Palabra.
No Tengo Otra Intención, que No Sea el Divulgar esta Información.
Que Dios Te Bendiga.