viernes, 13 de marzo de 2009

El divino propósito de la inteligencia humana

Dios ha dotado a los hombres de la noble facultad de la inteligencia con el firme propósito de que estos busquen la verdad. Y la única fuente confiable donde la humanidad puede encontrar la verdad es la Biblia. La fe que tenemos los creyentes no es una fe ciega. Nuestra fe es razonada y se apoya en el raciocinio y la evidencia.

“Toda la escritura es inspirada por Dios, útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.
2 Timoteo 3:16-17


“Examinadlo todo; retened lo bueno”.
1 Tesalonicenses 5:21


Dios esta dispuesto a argüir con los hombres; él nos insta a escudriñar, investigar y razonar y nos brinda los elementos de juicio suficientes y necesarios para arribar por el camino de la evidencia a la segura conclusión de que su palabra es la única fuente de verdad que puede darnos paz y certeza en un mundo confundido. En su insondable sabiduría Dios incluyo en las sagradas escrituras profecías que nos ofrecen pronósticos infalibles sobre los acontecimientos del futuro. El cumplimiento de las profecías sirve como sello de absoluta veracidad. Lo que Dios dice en su palabra se cumple porque su palabra es la verdad. Las sagradas escrituras pregonan con toda pureza las sublimes verdades espirituales del plan de salvación sin mezcla ni adulteración alguna. Hemos sido creados para tener comunión con Dios y su palabra es una forma de conocer lo que Dios ES y lo que él piensa de nosotros.
Muchas personas buscan la verdad en los lugares equivocados. El Dr. Billy Graham habla de esta búsqueda interminable en su ensayo La jornada. Él dice: “Una búsqueda interminable. Los anunciantes prometen felicidad y realización…si solo usamos sus productos. Filósofos y gurús de superación personal prometen éxito y paz interior…si solo compramos sus libros y casetes. Expertos y políticos prometen abundancia y paz mundial…si solo escuchamos sus consejos y votamos por ellos. Sus promesas, sin embargo, nunca se cumplen. Gastamos todo nuestro tiempo y toda nuestra energía mimando nuestros cuerpos y nuestras mentes; pero si no hacemos caso a nuestras almas terminaremos espiritualmente hambrientos y debilitados”. (pág. 29). Podemos convertirnos en millonarios, llegar a ser famosos, viajar por el mundo, ser hombres poderosos y adinerados, pero nada de esto va darnos la paz que tanto buscamos. En realidad lejos de Dios solamente seremos “llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error”. (Efesios 4:14).
La única fuente de paz es la Biblia, donde se nos dice como relacionarnos con nuestro Creador. Sin Dios la vida no tiene sentido. La inteligencia humana alcanza su plenitud cuando lee las escrituras y hace crecer su fe. La Biblia afirma: “Lámpara es mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”. (Salmo 119:105). En síntesis, los cristianos podemos afirmar que a través del estudio de las sagradas escrituras podemos conocer los suficientes elementos de juicio como para efectuar una investigación seria y con criterio científico, podemos llegar a conclusiones precisas y veraces sobre la voluntad de Dios para todos nosotros. La comprobación de la veracidad de la palabra de Dios será la fuente de Dios que nos iluminará el camino, orientándonos en este intrincado mundo, del mismo modo que nos dará las soluciones a los misteriosos problemas que atañen al corazón humano.


Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar