A la hora de hablar de emprendimiento muchos objetarán que intentarlo con acierto es poco probable y mucho más en este tiempo de inestabilidad económica. A la hora de emprender vamos a lidiar con incertidumbre, con riesgos, pero de todos modos debemos atrevernos a trabajar por conseguir lo que deseamos. Al entender el emprendimiento como la posibilidad de crecer pese a los problemas, vamos a concretizar nuestros deseos porque tendremos iniciativa y capacidad de innovación. Creer en las oportunidades que nos presenta la vida hará que fomentemos nuestro crecimiento interpersonal y social, propiciando una mentalidad de cambio y una actitud de vida preactiva.
Si focalizamos nuestras capacidades solamente en la crisis, si miramos únicamente los problemas políticos jamás haremos nada por mejorar nuestra situación personal. Cuando hablo de emprender no solamente no digo a gran escala sino también a pequeña escala. Todo lo que podamos hacer a favor de nuestro bienestar personal debemos hacerlo. Los micro-emprendimientos también nos hacen crecer. Sentir la necesidad de comenzar nuevas tareas y capacitarnos intelectualmente es imprescindible si queremos modificarnos a nosotros mismos. Ser un emprender es una tarea posible y simplemente requiere de nuestra meticulosidad, trabajo y compromiso. Si realmente nos proponemos el éxito es necesario leer sobre el tema que nos interesa, asociarnos con las personas correctas, saber discernir las buenas opciones de los caminos de fracaso, entre otras cosas.
¿Cómo comenzamos un emprendimiento? ¿Por donde empezamos? ¿Cuáles deben ser nuestros objetivos? Ante todo vale decir que si vamos a emprender tenemos que desarrollar una idea en profundidad. También es necesario que sepamos lo que queremos porque el que no sabe lo que quiere no llega a ninguna parte. Además es necesario que consultemos sobre el tema con familiares, amigos o le preguntemos a emprendedores como les fue en su emprendimiento personal. La experiencia de otras personas puede enriquecernos grandemente. Para lograr nuestros objetivos también tenemos que hacer un análisis de costos. Debemos preguntarnos: ¿Cuánto me costará llevar a cabo esta idea? ¿Cuáles son los riesgos? ¿Realmente es posible que obtenga algún beneficio con este nuevo emprendimiento? Otro paso importante es observar el contexto en el cual vivimos y usar el sentido común. Hay que investigar sobre la funcionalidad y rentabilidad de nuestro negocio. Y otra cosa muy importante es armar un plan de marketing. En fin, a la hora de emprender debemos considerar todas estas cosas, pero sobre todas las cosas jamás debemos desalentarnos. Porque el que no emprende no logra nada.
Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar