viernes, 2 de mayo de 2008

Jesús, el niño prodigio


Un niño prodigio es alguien que a una temprana edad domina uno o más campos científicos o artísticos emprendidos generalmente por adultos. Por edad temprana consideramos antes de los diez años de edad. Algunos de los campos más comunes de los niños prodigios son las matemáticas, el ajedrez, las artes visuales y la música, aunque pueden darse también en muchas otras áreas.

Jesús fue un niño prodigio. Por supuesto que era Dios, pero la Biblia dice que fue hombre al mismo tiempo. Jesús alcanzó la perfección. Desde muy temprana edad Jesús manifestó sabiduría, comprensión, grandeza. En el evangelio de Lucas dice que Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres. Jesús fue un niño prodigio. Los teólogos dicen que Jesús estaba sujeto a las leyes de la naturaleza humana.

De hecho, el apóstol Pablo dijo que Jesús fue hecho semejante a los hombres. Por lo tanto, Jesús, al igual que nosotros, poseía una ciencia, como dicen los teólogos, una ciencia experimental o adquirida, capaz de un verdadero progreso. Nuestro salvador estuvo en la tierra en condiciones análogas a las nuestras, experimentando impresiones del mismo género, sufriendo debilidades y limitaciones iguales que las nuestras. Lo que quiere decir que él creció en inteligencia de igual forma que otro ser humano.

Claro que Jesús fue Dios y hombre al mismo tiempo, pero lo que quiero abordar es su aspecto humano, el cual es análogo al nuestro. Desde muy temprana edad Jesús domino los conocimientos teológicos de su tiempo, haciendo traslucir en su vocabulario y en su comportamiento el conocimiento y la ciencia que iba adquiriendo a medida que iba viviendo y cada día iba agregándole a sus conocimientos muchas experiencias e impresiones nuevas.

Así vale afirmar que Jesús es la personificación de los hábitos religiosos que convergen en la santidad y la perfección. En la vida humana nada sucede por casualidad. Jesús se hizo a si mismo. El fue el segundo Adán, que al igual que el primero, estuvo sujeto a pasiones y limitaciones como las nuestras. Por consiguiente, Jesús fue un niño prodigio por aplico su inteligencia, dominando todo el conocimiento de su tiempo. Sus disposiciones virtuosas, su gracia santificante, toda su alma, estuvo, y por supuesto esta, ya que el libro de Hebreos dice que él es el mismo de ayer, de hoy y por los siglos, evocando la perfección humana. Jesús fue un niño prodigio.

Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar

1 comentario:

Mariano Nicolás Miranda dijo...

HOLA MUY BUENO EL BLOGGER LOS INVITO A QUE VISITEN MIS WEBS www.catigre.es.tl
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