lunes, 24 de septiembre de 2007

La fe de Bartimeo


El ciego Bartimeo arrojó su capa y corrió hacia Jesús. Jesús le preguntó: ¿Qué quieres que te haga? Bartimeo, como era ciego, dijo: “Señor, quiero recibir la vista”. Entonces, Jesús le dijo: “Tu fe te ha salvado”. La fe salvó a Bartimeo. Este ciego no espero que Jesús venga a él, él fue a Jesús. Arrojar la capa significa dejar atrás el problema. Primera de Timoteo 4:10 dice: “Trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el salvador de todos los hombres”.
Bartimeo no puedo ver, pero si puede oír, y cuando escucha que Jesús anda por su barrio, pregunta por él, va hacia donde esta el maestro. (Marcos 10:47). En síntesis, no se queda en su casa, va en busca del milagro, va en busca de Jesús. Bartimeo no desaprovecha la oportunidad de conocer a Jesús. Muchos quieren hacer callar a Bartimeo, pero él grita el nombre de Jesús con fuerza y actitud de vencedor. Nada lo detiene. Cuando Jesús le dice a Bartimeo que quiere, en realidad le esta dando un cheque en blanco, es como que le esta diciendo que el ponga la cifra, el número. Bartimeo necesita muchas cosas. De hecho, es pobre. Pero lo que le pide a Jesús es recuperar la vista. La fe de Bartimeo lo puso en contacto con la misericordia de Dios. La fe en Cristo nos acerca a la bendición de Dios. Marcos 11:22 relata: “Respondiendo Jesús les dijo: Tened fe en Dios”.
El Dr. Wernher Von Braun, el padre de los cohetes espaciales, dijo: “Los materialistas del siglo XIX, y sus herederos marxistas del siglo XX, trataron de decirnos que a medida que la ciencia vaya entregando nuevos conocimientos acerca de la creación, podremos llegar a vivir sin fe en un creador. Pero hasta ahora, cada respuesta nos plantea nuevos interrogantes. Al llegar a un mejor conocimiento de lo intrincado de la estructura atómica, de la naturaleza de la vida y del diseño magistral de las galaxias, nos maravillamos más y más frente a la maravilla de la creación de Dios. Pero nuestra necesidad de Dios no se funda simplemente en el asombro. El hombre necesita de la fe, como necesita del agua, del alimento y del aire. A pesar de toda ciencia que hay en el mundo, necesitamos tener fe en Dios”.
El salmista oró a Dios: “Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente”. (Salmo 51:12). Necesitamos confiar en nuestro Creador. De la misma manera que Bartimeo arrojó su capa, nosotros debemos dejar de lado todo lo que nos impide acercarnos libremente ante Jesús. Hemos de correr al encuentro con el maestro, rindiéndonos ante su misericordia. Con la respuesta: “Tu fe te ha salvado”, Cristo vertió todo su amor en el corazón de Bartimeo. Y el ciego, o mejor dicho, el ex-ciego, después de este encuentro ya no fue el mismo. Antes su vida gravitaba en torno a la fatalidad, la ceguera, la oscuridad, la desgracia, pero ahora vive bajo el signo de la libertad, de la gracia, de la misericordia de Dios. Ahora si, la vida de Bartimeo tiene sentido porque ha experimentado el toque de Dios. Hay algunos que dicen que para creer necesitan ver, pero Bartimeo ni siquiera podía tener este tipo de argumentos intelectuales porque era ciego. Además, la fe no es ver para creer sino creer para ver. Bartimeo creyó y vio la luz. Hebreos 11: 6 dice: “Sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios, crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”.

Julio césar cháves
juliogenial@yahoo.com.ar

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