Los años pasan, y a través del tiempo, vamos configurando nuestra vida. El Dr. Enrique Rojas, psiquiatra de gran prestigio, dijo: “El tiempo es el gran arquitecto de la vida. Éxitos, fracasos, alegrías, aciertos y errores van tejiendo la tupida red de la existencia. Su cara y su cruz”. Nos vamos haciendo. Vivimos hacia delante. Siempre soñamos con ese día en el cual nuestros sueños se convertirán en realidad. Pensamos. Vivimos ilusionados. Amamos. Siempre soñamos con un mundo mejor. La vida es compuesta de momentos. Somos biografía. Los que amamos la vida, vivimos con optimismo y entusiasmo. Programamos objetivos. Constantemente queremos ser mejores. Enfrentamos la adversidad con valentía. Luchamos sin apuro. Damos lo mejor que poseemos. No cabe duda que a veces pasamos por momentos difíciles. Pero tampoco cabe duda que vamos configurando nuestras vidas lo mejor que podemos. Langston Hughes dijo: “Aférrate a los sueños pues si los sueños mueren, la vida es como una ave de alas rotas que no puede volar”.
Hay que vivir con optimismo. Hay que tener esperanza. No nos detengamos a mirar lo malo de la vida. Miremos lo bueno. El bien vale la pena. Pongamos nuestro corazón y nuestra cabeza al servicio del optimismo. Miremos la vida en positivo. Eduquemos nuestra mirada para descubrir lo bueno de las personas y para no señalar los errores de los demás con maldad y pesimismo. Jan Michelsen en su concisa reflexión, ‘En este momento especial de la vida’, dice: “Piensa libremente. Practica la paciencia. Sonríe con frecuencia. Saborea los momentos especiales. Vive el mensaje de Dios. Haz amigos. Nuevos amigos. Redescubre los de antes. Di a tus seres queridos que los amas. Siente profundamente. Olvida los problemas. Perdona a un amigo. Ten esperanzas. Crece. Sé loco. Cuenta a los demás tus bendiciones. Observa los milagros. Óbralos. Descarta las preocupaciones. Da cede. Ten esa confianza que permite recibir. Corta algunas flores. Compártelas. Cumple una promesa. Busca arco iris. Contempla las estrellas. Percibe la belleza por doquier. Trabaja mucho. Sé prudente. Trata de comprender. Reserva tiempo para la gente. Ríe con ganas. Esparce la alegría. Acepta un riesgo. Ofrécete. Ábrete a alguien. Prueba algo nuevo. Aminora la marcha. Sé blando, a veces. Cree en ti mismo. Confía e otros. Mira un amanecer. Escucha la lluvia. Llora cuando te sea preciso. Cree en la vida. Ten fe. Disfruta de lo maravilloso. Reconforta a un amigo. Alberga ideas buenas. Comete algunos errores. Aprende de ellos. Celebra la vida”.
Configuremos nuestra vida con optimismo. Percibamos positivamente la vida. Todo depende de nuestra manera de mirar. Ser optimista es estar vivo, disfrutar de la vida. Ser optimista es vivir con alegría el presente. La vida es algo dinámico. Nos vamos formando. Nos vamos haciendo. Por eso, lo mejor es vivir mirando las cosas buenas. Ser optimista es tener un enfoque positivo. La historia de dos baldes resalta esta verdad. Había una vez dos baldes. Uno era optimista y otro era pesimista. “No hay una vida tan desilusionante como la mía”, dijo el balde vacío mientras se aproximaba al pozo. “Siempre me alejo del pozo lleno, pero regreso a él vacío”.
“Nunca ha habido una vida tan feliz como la mía”, dijo el balde lleno cuando alejaba su presencia del pozo. “Siempre vengo al pozo vacío, pero me voy lleno de él”. ¡TODO ESTÁ EN LA FORMA DE MIRAR!
Julio C. Cháves escritor78@yahoo.com.ar
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