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En su libro El crepúsculo de los ídolos, Friedrich Nietzsche, pregunta: “¿Será el hombre una equivocación de Dios? ¿O Dios una equivocación de los hombres?”. La respuesta a estas dos preguntas es una sola: Dios es infalible. El nunca se equivoca. Toda la creación tiene un diseño perfecto. Nada esta librado al azar. Ahora, los seres humanos se equivocan porque desobedecen las leyes espirituales y morales que Dios ha establecido. El hombre fue creado perfecto, pero lamentablemente el pecado lo ha desfigurado. Génesis 1:27 dice: “Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”.
En génesis tres advertimos que los hombres pecaron y como consecuencia cosecharon muerte, sufrimiento y dolor. El hombre es creación de Dios, pero Dios existe por si mismo. Decir que Dios es una equivocación de alguien es un concepto erróneo ya que él no fue creado por nadie, lo que quiere decir que es perfecto, inmutable, sin sombra de variación. La superficialidad del hombre no puede compararse con la profundidad de Dios. Blas Pascal escribió: “Una unidad al unirse a lo infinito nada le añade, ni tampoco se prolonga la longitud infinita por añadírsele un metro. Lo finito se aniquila en la presencia de Dios y se reduce a cero absoluto. Así es nuestro intelecto delante de Dios”.
Dios existe por si mismo. Y todo lo creado es producto de su insondable creatividad. Por algo dijo Einstein: “El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir”. Hay quien piensa que Dios es alguien muy severo que lo único que desea es castigar a los seres humanos. Hay quien piensa que Dios se olvido de los hombres. Hay quien piensa que a Dios no le interesa intervenir en los asuntos de los hombres. Pero la realidad es que Dios nos ama y desea lo mejor para nosotros. El envió a su Hijo a morir en la cruz para darnos vida eterna. Pero él no obliga a que nadie acepte la salvación. La salvación es por fe. El cree será salvo, más el que no cree ya ha sido condenado. Alguien dijo que la puerta del corazón tiene picaporte del lado de adentro y que él único que puede abrirla es uno mismo. La salvación es una decisión personal. Nietzsche fue el famoso filósofo que dijo que Dios estaba muerto, pero alguien dijo que cuando murió Nietzsche, Dios dijo: Nietzsche ha muerto.
Para terminar quiero contarte una historia para ilustrarte que Dios es infinito y nosotros limitados. Se cuenta que en China hubo un bondadoso vendedor de cerezas y que en cierta ocasión, un niño hambriento, se le acercó y le preguntó cuantos costaban algunas cerezas. Como el vendedor de cerezas advirtió que el niño no tenía plata, le preguntó: “Niño, ¿Quieres algunas cerezas?” “Claro que me gustaría comer algunas, pero no tengo plata”, dijo el niño. Entonces, el vendedor le dijo al niño: “Hijo, extiende tus manos”. El niño no extendía las manos por timidez. Nuevamente el vendedor le dijo: “Hijo, extiende tus manos”. El vendedor tomo con suavidad las manos del niño y las extendió, llenándolas luego con muchísimas cerezas. Después de enterarse de lo sucedido, la madre del niño le pregunto a su hijo: “Hijo, ¿por qué no extendiste tus manos cuando el vendedor te lo pidió?”. El niño, con su característica inocencia, entonces respondió: “Porque sus manos eran más grandes que las mías”. Las manos de Dios son más grandes que las nuestras.
Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar
1 comentario:
Bellísima y profunda reflexión
¡Engrandecido sea el Señor!
Daniel
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