Proclamando el evangelio a toda criatura
Apocalipsis 14:6,7 dice: “Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”. Este profético pasaje del libro de Apocalipsis esta íntimamente vinculado a Mateo 24:14, donde dice: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. Al mismo tiempo estos dos pasajes están asociados a lo que dijo Jesús en Mateo 28:18, 19, donde leemos: “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.
Los seguidores de Cristo, la iglesia, hemos recibido una orden de ir y predicar el evangelio a toda criatura sobre la faz de la tierra. Cristo ordeno a la iglesia que proclamara a los cuatro vientos la doctrina del evangelio ya que únicamente en Dios los seres humanos son puestos en el lugar que les correspondía y corresponde originalmente. Fuimos creados para Dios. Los cristianos debemos proclamar esta verdad. Los hombres hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios y a través de la aceptación de Cristo podemos volver a tener paz con nuestro creador. El evangelio es una buena noticia para el mundo, es un mensaje de salvación y restauración, es un mensaje de perdón y amor divino. El evangelio no hace acepción de personas. Es un mensaje para el pobre y el rico, para el ignorante como para el sabio. Desde la época de Cristo se ha proclamado este mensaje. Los discípulos Cristo predicaron con tanto fervor el evangelio que lo introdujeron hasta en el palacio del mismo César, en la propia capital del Imperio Romano. Y este mensaje se ha mantenido vigente en todas las épocas y culturas, propagándose a través de la historia de la humanidad. Los cristianos han permanecidos fieles a la proclamación del evangelio, pasando por la fría y cruel época medieval hasta la modernidad. Fue el mensaje del evangelio que encendió de pasión santa los corazones de los reformadores, lo cual hizo que el evangelio abarcara toda Europa y se siguiera expandiendo a América. Y este mensaje sigue vigente en este tecnológico y alienado siglo XXI, donde los cristianos tenemos el deber de seguir predicando el evangelio a toda criatura sobre la faz de la tierra, cueste lo que cueste. En un articulo titulado ¿Por qué compartir nuestra fe?, publicado en www.sigueme.net, la escritora Evelyn Christenson, escribió: “Jesús nos dijo en Juan 12:46 por qué Él vino al planeta tierra: “Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquél que cree en mí no permanezca en tinieblas. Y a nosotros los cristianos se nos ha confiado el traer esa luz –Jesucristo- a aquellos que están perdidos en tinieblas. Cuando oramos y alcanzamos a las personas con las buenas nuevas de Jesús, y ellos le aceptan como Salvador, la cosa más increíble sucede: Dios literalmente les arranca del reino de Satanás y les coloca en el reino de Jesús. Ellos se convierten en ciudadanos del reino de la luz. El evangelismo no es un proyecto, un acontecimiento o una tarea. Es: ¡cristianos rescatando cautivos del reino de Satanás!”.
Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar
Apocalipsis 14:6,7 dice: “Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”. Este profético pasaje del libro de Apocalipsis esta íntimamente vinculado a Mateo 24:14, donde dice: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. Al mismo tiempo estos dos pasajes están asociados a lo que dijo Jesús en Mateo 28:18, 19, donde leemos: “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.
Los seguidores de Cristo, la iglesia, hemos recibido una orden de ir y predicar el evangelio a toda criatura sobre la faz de la tierra. Cristo ordeno a la iglesia que proclamara a los cuatro vientos la doctrina del evangelio ya que únicamente en Dios los seres humanos son puestos en el lugar que les correspondía y corresponde originalmente. Fuimos creados para Dios. Los cristianos debemos proclamar esta verdad. Los hombres hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios y a través de la aceptación de Cristo podemos volver a tener paz con nuestro creador. El evangelio es una buena noticia para el mundo, es un mensaje de salvación y restauración, es un mensaje de perdón y amor divino. El evangelio no hace acepción de personas. Es un mensaje para el pobre y el rico, para el ignorante como para el sabio. Desde la época de Cristo se ha proclamado este mensaje. Los discípulos Cristo predicaron con tanto fervor el evangelio que lo introdujeron hasta en el palacio del mismo César, en la propia capital del Imperio Romano. Y este mensaje se ha mantenido vigente en todas las épocas y culturas, propagándose a través de la historia de la humanidad. Los cristianos han permanecidos fieles a la proclamación del evangelio, pasando por la fría y cruel época medieval hasta la modernidad. Fue el mensaje del evangelio que encendió de pasión santa los corazones de los reformadores, lo cual hizo que el evangelio abarcara toda Europa y se siguiera expandiendo a América. Y este mensaje sigue vigente en este tecnológico y alienado siglo XXI, donde los cristianos tenemos el deber de seguir predicando el evangelio a toda criatura sobre la faz de la tierra, cueste lo que cueste. En un articulo titulado ¿Por qué compartir nuestra fe?, publicado en www.sigueme.net, la escritora Evelyn Christenson, escribió: “Jesús nos dijo en Juan 12:46 por qué Él vino al planeta tierra: “Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquél que cree en mí no permanezca en tinieblas. Y a nosotros los cristianos se nos ha confiado el traer esa luz –Jesucristo- a aquellos que están perdidos en tinieblas. Cuando oramos y alcanzamos a las personas con las buenas nuevas de Jesús, y ellos le aceptan como Salvador, la cosa más increíble sucede: Dios literalmente les arranca del reino de Satanás y les coloca en el reino de Jesús. Ellos se convierten en ciudadanos del reino de la luz. El evangelismo no es un proyecto, un acontecimiento o una tarea. Es: ¡cristianos rescatando cautivos del reino de Satanás!”.
Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar
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