sábado, 21 de julio de 2007

Los jóvenes y la fascinación por el diablo


Los jóvenes del siglo XXI están fascinados con el diablo. Películas, bandas de rock, canales de televisión como MTV, programas de radio, páginas de Internet, incluso la moda, gravitan en torno a la fascinación por el diablo y la oscuridad. Diariamente veo a chicos vestidos de negro, denominados como darks o góticos, con collares, cortes de pelo al estilo Punk, anillos, piercings, tatuajes, que pululan por las calles considerándose “diferentes”. Este movimiento oscuro nació en Alemania luego de la Segunda Guerra Mundial, donde, luego de que Adolfo Hitler exterminara a seis millones de judíos, muchos alemanes se avergonzaron por lo que había hecho Hitler y entraron en un luto eterno. Para los jóvenes darkies esto no es una moda efímera sino que es un estilo de vida. Su adhesión a la noche, el vampirismo, y la oscuridad, evidentemente constituye una inconciente fascinación por el diablo.
Debido a la Internet muchos adolescentes y jóvenes pueden ser parte de comunidades virtuales donde se tiene como filosofía de vida la subcultura darks. Este fenómeno abarca todos los niveles sociales, principalmente la clase media y alta. Lamentablemente muchos adolescentes emplean al diablo como entretenimiento. El diablo, enemigo francotirador de la juventud, quiere destruir a la juventud con filosofías y estilos de vida totalmente siniestros, satánicos, ateos, existencialistas, que son contrarios al cristianismo. Con el propósito de destruir a las futuras generaciones el diablo ha metido su cola en la música, la moda, el cine, la televisión y por supuesto, la Internet, donde más se propagan estas tendencias oscurantistas. El diablo no solamente ha metido su cola en la subcultura darks sino también en el pop, la cumbia, reggeton, entre muchos más géneros musicales.
El diablo vino a matar, hurtar y destruir a la juventud. Es tarea de los cristianos desenmascarar sus artimañas de tal forma que los jóvenes no cristianos puedan darse cuenta de lo peligroso que es estar fascinado con el diablo, el príncipe de las tinieblas. Efesios 6:11,12 dice: “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. Dios ama a la juventud, por lo tanto, nos advierte que le busquemos antes que vengan los días malos, ya que únicamente en el temor de Dios se halla la sabiduría y la satisfacción. Eclesiastés 12: 1 dice: “Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento”. Antes de conocer a Cristo estuve fascinado por el heavy metal y estaba hipnotizado por bandas como Black Sabbath, Ozzy Osbourne, Judas Priest, Iron Maiden, entre muchas otras. Vivía conforme a lo que decían las letras de las bandas. Estaba en contra de la sociedad, la política, la religión, en fin, de todo lo establecido. Me vestía de negro, con pantalones negros adheridos al cuerpo, usaba collares, aros, remeras estampadas, y por supuesto, fumaba marihuana e ingería abundante cerveza. El diablo me había cautivado a través del heavy metal, como también cautiva a otros adolescentes y jóvenes por intermedio de otros géneros musicales. Ahora, cuando conocí a Cristo hubo en mí un cambio radical. Cristo ingresó a vivir a mi corazón y al ir leyendo su palabra pude conocer la verdad de Dios, la cual me fue transformando progresivamente. Juan 8:32 dice: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. Siendo cristiano comprendí que el fanatismo por una banda de música vulgariza, aliena, degrada, despersonaliza y nos aleja de Dios. El único que puede darle sentido a nuestra vida es Dios a través de Cristo. Primera de Juan 1:5-10 finalmente nos dice: “Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros”.

Julio césar cháves
escritor78@yahoo.com.ar

No hay comentarios.: