sábado, 21 de julio de 2007

El poder dinámico de la Biblia


La Biblia no es un libro como cualquier otro. Es un libro extraordinario que transforma la vida humana. De sus páginas brota el poder de Dios que da vida eterna a todos aquellos que creen en Cristo y ponen en práctica sus enseñanzas. La palabra de Dios constituye un poder dinámico que cambia vidas. Cuando conocí a Cristo en 1996 empecé a leer una Biblia que me regalaron en la iglesia en la cual me congregué y tengo que admitir que, desde entonces, mi vida ya no fue ni será la misma.
De la misma forma que sociedades y naciones han sido transformadas por la palabra de Dios, mi vida fue transformada a través de este poder dinámico que brota de este libro que alberga la voz de Dios hacia la humanidad. La Biblia es la fuente sublime de valores éticos que rigen el comportamiento de los cristianos. Todos aquellos que pongan en prácticas sus enseñanzas verán cambios en sus conductas y sacaran provecho de sus elecciones de vida. Si antes tropezaban dos veces con el mismo error ya no cometerán otro error ya que la palabra de Dios es lámpara a nuestros pies y lumbrera a nuestro camino.
En contraste con los conceptos puramente humanistas que son el hedonismo, el materialismo, el relativismo y la permisividad, de esta sociedad sin Dios, la palabra de Dios inspira a los seres humanos al amor a sus semejantes, al altruismo, la abnegación y la empatía. La palabra de Dios nos proporciona el camino hacia la santificación y el perdón de pecados a través de Cristo. En contraste con el individualismo feroz predominante de nuestra época, los preceptos bíblicos entrañan sublimes normas de moral y buena conducta. La Biblia es un libro que nos aleja de nuestros defectos y nos acerca a la virtud, estimulando nuestra inteligencia, dándonos sabiduría para resolver los problemas cotidianos, y poniéndonos por encima de la mediocridad, la infelicidad y la derrota. La Biblia es la palabra de Dios.

Julio césar cháves
escritor78@yahoo.com.ar

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