Lo que diferencia a los seres humanos de los animales es la conciencia. Los humanos reconocemos nuestra identidad y le estipulamos un valor. Por consiguiente, la autoestima se refiere a lo que pensamos de nosotros mismos y como vivenciamos el estado de ánimo que resulta de la auto-evaluación. Lamentablemente, en esta época de materialismo y consumismo, la autoestima esta íntimamente influenciada por las modas, la publicidad, la opinión de otros, y muchas circunstancias vitales que deterioran y condicional el concepto que tenemos de nosotros mismos. Los jóvenes del siglo XXI asocian la idea de tener una buena autoestima con la adquisición de teléfonos celulares, zapatillas de marca, la adoración a las marcas actúa como una forma de compensación que oculta la desintegración de la identidad y el predominio de una autoestima devaluada y desvirtuada por los medios de comunicación.
Los jóvenes que no han podido conseguir estas compensaciones entonces tienen una baja autoestima. Como vivimos en una sociedad que relaciona el valor de las personas con el dinero, resulta obvio que los jóvenes que no pueden adquirir ciertos juguetitos compensatorios modernos tengan una autoestima baja o deficiente. Ahora, ¿Cómo podemos mejorar el concepto de nosotros mismos? ¿Cómo podemos construir nuestra autovaloración? Ante todo debo decir que los seres humanos no somos objetos sino que somos sujetos, creados a imagen y semejanza de Dios, somos seres únicos e irrepetibles. Génesis 1:27 dice: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. Los seres humanos no somos marca Niké, Adidas o Nokia, somos marca de Dios. Pablo dijo a los corintios que «la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios» (1 Corintios 3:19). Nosotros hemos sido creados por Dios, por lo tanto, no debemos despreciarnos a nosotros mismos sino valorarnos, teniendo en alta estima nuestras capacidades y aceptando nuestras limitaciones.
En su ensayo "Mírate como Dios te mira. Experimenta el gozo de ser tú mismo", el Dr. Josh Macdowell escribió: “Para Dios, «vales tanto como Jesús» porque eso fue lo que Él pagó por ti. Esto es la solemne declaración de tu valor para Dios. Vales mucho porque nuestro Dios, en su amor, así te creó. Necesitas comprender que aunque hubieras sido la única persona en la Tierra, Dios habría mandado a su Hijo por ti. Y, como si esto fuera poco, como conquistó el pecado, la muerte y la tumba, Jesús regresó al cielo para prepararte una morada eterna (lee Juan 14:1,3). Es importante recordar, sin embargo, que el ser considerados dignos de amor y valiosos como hijos de Dios, proviene de ser lo que Él nos hizo y de lo que hizo por nosotros. Dios no se fija ni se interesa en nosotros por nada de lo que hagamos o seamos por nosotros mismos. Nuestra identidad se la debemos solo a Él. Debemos regocijarnos constantemente con el salmista: «Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado» (Salmo 139:14)”.
Una buena autoestima se construye a partir de entender lo que Dios piensa de nosotros. Los cristianos inmaduros con baja autoestima atribuyen sus éxitos a la suerte y sus fracasos a sus limitaciones, pero los cristianos que han tenido un verdadero encuentro con el Señor atribuyen todo lo que son a lo que son en Dios. A través de la programación neurolinguistica, que es la ciencia y el arte de alcanzar el bienestar persona por intermedio del cambio de los patrones de pensamiento. Cada que hables de ti mismo debes escucharte, analizando tus afirmaciones. Si son negativas, derrotistas, auto-devaluativas, de auto-desprecio, entonces, debes pedirle a Dios que opere tu conducta y tu mente a través del estudio de su palabra y la oración, permitiéndole asentar nuevas afirmaciones, más objetivas, bíblicas, constructivas, que fomenten una autoestima positiva. Nuestra autoestima no depende de las conquistas materiales, de los teléfonos celulares, de la indumentaria, de la moda, de la publicidad, de las marcas. Nuestra autoestima depende de lo que Dios piensa de nosotros. Finalmente en un artículo titulado Cómo mejorar nuestra autoestima, el pastor Cesar Fajardo (Pastor de Jóvenes MCI), nos dice: “No sé como sea su oración, ni sé como sea sus palabras continuamente pero ya deje de hablar de fracaso y derrota y comience a pensar que usted es una persona de bendición y victoria y que usted va a alcanzar grandes cosas en el nombre de Cristo Jesús, no importa la situación por difícil que sea, si algo está afectando su vida, vaya a la cruz del calvario, deje en la cruz todo lo negativo y tome de Cristo la bendición y sea una persona de éxito porque Dios no lo creo a usted para el fracaso, lo creo para hacer grandes cosas para Él. Usted es la máxima creación de Dios. El mejor artista del mundo para crear cosas excelentes se llama Jesucristo y Jesucristo lo creo a usted”. (http://www.cristomorphosis.com/).
Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar
Los jóvenes que no han podido conseguir estas compensaciones entonces tienen una baja autoestima. Como vivimos en una sociedad que relaciona el valor de las personas con el dinero, resulta obvio que los jóvenes que no pueden adquirir ciertos juguetitos compensatorios modernos tengan una autoestima baja o deficiente. Ahora, ¿Cómo podemos mejorar el concepto de nosotros mismos? ¿Cómo podemos construir nuestra autovaloración? Ante todo debo decir que los seres humanos no somos objetos sino que somos sujetos, creados a imagen y semejanza de Dios, somos seres únicos e irrepetibles. Génesis 1:27 dice: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. Los seres humanos no somos marca Niké, Adidas o Nokia, somos marca de Dios. Pablo dijo a los corintios que «la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios» (1 Corintios 3:19). Nosotros hemos sido creados por Dios, por lo tanto, no debemos despreciarnos a nosotros mismos sino valorarnos, teniendo en alta estima nuestras capacidades y aceptando nuestras limitaciones.
En su ensayo "Mírate como Dios te mira. Experimenta el gozo de ser tú mismo", el Dr. Josh Macdowell escribió: “Para Dios, «vales tanto como Jesús» porque eso fue lo que Él pagó por ti. Esto es la solemne declaración de tu valor para Dios. Vales mucho porque nuestro Dios, en su amor, así te creó. Necesitas comprender que aunque hubieras sido la única persona en la Tierra, Dios habría mandado a su Hijo por ti. Y, como si esto fuera poco, como conquistó el pecado, la muerte y la tumba, Jesús regresó al cielo para prepararte una morada eterna (lee Juan 14:1,3). Es importante recordar, sin embargo, que el ser considerados dignos de amor y valiosos como hijos de Dios, proviene de ser lo que Él nos hizo y de lo que hizo por nosotros. Dios no se fija ni se interesa en nosotros por nada de lo que hagamos o seamos por nosotros mismos. Nuestra identidad se la debemos solo a Él. Debemos regocijarnos constantemente con el salmista: «Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado» (Salmo 139:14)”.
Una buena autoestima se construye a partir de entender lo que Dios piensa de nosotros. Los cristianos inmaduros con baja autoestima atribuyen sus éxitos a la suerte y sus fracasos a sus limitaciones, pero los cristianos que han tenido un verdadero encuentro con el Señor atribuyen todo lo que son a lo que son en Dios. A través de la programación neurolinguistica, que es la ciencia y el arte de alcanzar el bienestar persona por intermedio del cambio de los patrones de pensamiento. Cada que hables de ti mismo debes escucharte, analizando tus afirmaciones. Si son negativas, derrotistas, auto-devaluativas, de auto-desprecio, entonces, debes pedirle a Dios que opere tu conducta y tu mente a través del estudio de su palabra y la oración, permitiéndole asentar nuevas afirmaciones, más objetivas, bíblicas, constructivas, que fomenten una autoestima positiva. Nuestra autoestima no depende de las conquistas materiales, de los teléfonos celulares, de la indumentaria, de la moda, de la publicidad, de las marcas. Nuestra autoestima depende de lo que Dios piensa de nosotros. Finalmente en un artículo titulado Cómo mejorar nuestra autoestima, el pastor Cesar Fajardo (Pastor de Jóvenes MCI), nos dice: “No sé como sea su oración, ni sé como sea sus palabras continuamente pero ya deje de hablar de fracaso y derrota y comience a pensar que usted es una persona de bendición y victoria y que usted va a alcanzar grandes cosas en el nombre de Cristo Jesús, no importa la situación por difícil que sea, si algo está afectando su vida, vaya a la cruz del calvario, deje en la cruz todo lo negativo y tome de Cristo la bendición y sea una persona de éxito porque Dios no lo creo a usted para el fracaso, lo creo para hacer grandes cosas para Él. Usted es la máxima creación de Dios. El mejor artista del mundo para crear cosas excelentes se llama Jesucristo y Jesucristo lo creo a usted”. (http://www.cristomorphosis.com/).
Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar
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