lunes, 9 de julio de 2007


Como una espada de doble filo

Cuando los cristianos ponemos en práctica las sagradas escrituras se solucionan todos nuestros problemas. Al advertir el cumplimiento de la palabra de Dios a través de la historia de la humanidad, nuestras hallan el convencimiento para creer en la fidelidad de los preceptos divinos. Nuestra fe no es ciega sino que es una fe racional. De hecho la Biblia dice que la fe viene por el oír la palabra de Dios. Las ensañadazas de la Biblia no solo han cambiado a millones de personas sobre la faz de la tierra. Al permitir que el evangelio de Cristo penetre en nuestros corazones, consintiendo que modifique radical y completamente nuestros comportamientos, somos transformados por el poder de Dios.
La palabra de Dios es la antorcha que alumbra en lugar oscuro. En uno de sus salmos el salmista David afirmó: “Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino”. (Salmo 119:105). La palabra de Dios ilumina nuestras mentes, mostrándonos el camino hacia la salvación por intermedio de Cristo, quien ofreció su vida en la cruz para redimirnos y darnos vida eterna. Las sagradas escrituras le dan sentido a nuestras vidas y nos proporcionan los conceptos morales y espirituales que necesitamos para alcanzar la felicidad que tan alocadamente buscamos.
La palabra penetra hasta lo más profundo de nuestros espíritus, cambiando completamente nuestro ser interior. A este respecto, el apóstol Pablo, en el libro de hebreos 4:12, dijo: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”. La palabra de Dios penetra en lo más profundo de nuestras vidas y corta todo aquello que no nos edifica ni nos bendice. Esta experiencia de transformación a través de la lectura de este santo libro de Dios, se da únicamente cuando los lectores de la palabra de Dios se acercan a las sagradas escrituras con buena disposición, dispuestas a acatar y poner en práctica los conceptos divinos. La palabra de Dios es vida, es la vos de Dios dirigida hacia todos los seres humanos. En sus páginas hallamos orientación, salvación, paz con Dios y los hombres. Mateo 24:35 dice: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. Y el salmo 119:89 dice: “Para siempre, oh Jehová, Permanece tu palabra en los cielos”.

Julio césar cháves
escritor78@yahoo.com.ar

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