viernes, 11 de mayo de 2007

Esclavos del tiempo.


Si realmente valoramos nuestro tiempo debemos utilizarlo de una manera racional, significativa. No estoy diciendo que nos afanemos por el día de mañana. De hecho, sabemos que Cristo dijo que cada día tiene su propio mal. Lo que digo es que nos obligamos aprender a distribuir nuestro tiempo en las cosas que realmente tienen importancia. Hay muchas personas que piensan tanto en el pasado que descuidan el presente y en consecuencia perjudican su futuro. También hay otras que se preocupan tanto por su futuro que no ponemos empeño en su tiempo presente. La persona que gasta su tiempo sabiamente es aquella que esta plenamente sumergida en su presente, que ha resuelto su pasado, y que tiene un proyecto de vida a largo plazo. Filipenses 3:13,14 dice: “Una cosa hago; olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que esta delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”. Claro que debemos recordar las victorias que Dios nos ha dado en el pasado, pero al mismo tiempo hay que entender que no podemos vivir de fotos amarillas sino que debemos buscar nuevas victorias en Dios. El que no controla su tiempo, es esclavo de él. Algunos dicen que matan el tiempo pero la realidad es el tiempo los mata a ellos.
Todo tiene su tiempo bajo el sol. Por esto debemos observar donde debemos ubicar nuestro tiempo. No podemos permitir que el paso del tiempo nos domine a nosotros. No podemos permitir que pasatiempos aparentemente inofensivos nos roben nuestro tiempo. La direccionalidad del tiempo pasa por el presente y va hacia el futuro. Por lo tanto, cuando estamos atados al pasado, nos convertimos en personas atadas ya que nuestro énfasis debe estar puesto en el presente, ateniéndonos a nuestro guión personal llamado proyecto de vida. El salmo 50:23 dice: “Al que ordenare su camino, le mostraré la salvación de Dios”. Plantearse metas, objetivos, propósitos, es imprescindible si pretendemos ordenar nuestras tareas y responsabilidades cotidianas, lo cual nos permite mantener un equilibrio en lo social, laboral, emocional y psicológico. La programación y distribución del tiempo hace que no descuidemos ningún detalle y demos a cada cosa su correspondiente lugar. Leer libros, mirar películas, conversar con amigos, estar con la familia, son cosas de suma importancia y a las cuales debemos dedicarle el tiempo que corresponde. Todo tiene su tiempo bajo el sol. “Escoger el propio tiempo es ganar tiempo”.

Julio césar cháves
juliogenial@hotmail.com

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