sábado, 12 de mayo de 2007

El poder del amor.


Los seres humanos hemos sido creados para amar. En la Biblia los diez mandamientos se resumen en este sólo mandamiento: “Amarás a Dios sobre todas las cosas y amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Debemos amar a Dios porque es la fuente de la felicidad y sin él nada tiene sentido. Además, debemos amar al prójimo porque somos seres sociales, relaciones y Dios nos creo para que amemos a otros. No es bueno que estemos solos.
Hace poco vi el film Amor eterno, del cineasta Jean-Pierre Jeunet que me hizo entender el poder del amor hacia otro ser humano. El film transcurre en 1917, durante la primera guerra mundial, que fue una de las más sangrientas de la historia, donde una joven de nombre Matilde, coja por los estragos que la polio le produjo en su infancia, se embarca en un extraordinario viaje en busca de pistas sobre Manech.
Durante su travesía, se verá cotejada con los horrores de la guerra, la angustia de inocentes, la destrucción, y las noticias desalentadoras sobre la suerte de su novio. Pero su fe inquebrantable y su tesón la hacen seguir adelante hasta descubrir la verdad. En su travesía se encuentra con muchos personajes que van enriqueciendo su vida y que la motivan a que siga en busca de su amado. Ni la guerra ni el sufrimiento detienen a Matilde. Ella sigue en pos de su ideal, su guión es la esperanza y su único destino es llegar a los brazos de su novio. Finalmente lo encuentra.
Su novio ha perdido la memoria, pero de todos modos ella se queda con él y así termina la ardua travesía de Matilde, una joven que entendió que lo más valioso que puede tener un ser humano es amor. Matilde entendió que no fue creada para dar odio, indiferencia sino amor. Hemos sido creados para amar.
El amor es lo que nos mueve a buscar al otro, a buscar la paz y la justicia. A través del amor podemos encontrar soluciones que de otro modo no podemos encontrar. Sin Dios no podemos vivir. Sin los demás tampoco. 1 de corintios 13 dice que podemos hablar todas las lenguas, hacer donaciones, tener todo tipo de conocimientos, saber el futuro, dar nuestro cuerpo en sacrificio por otros, pero si no tenemos amor no somos nada. Sin amor nada tiene sentido.
La travesía de Matilde tuvo sentido porque buscaba a su novio Manech. Cuando buscamos el bien de los demás la vida tiene sentido. Vuelvo a repetir el mandamiento que lo resume todo: “Amarás a Dios sobre todas las cosas y amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
Julio césar cháves
juliogenial@hotmail.com

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