martes, 8 de mayo de 2007

El camino de la ignorancia.


Qué es el conocimiento? Según una enciclopedia que consulté, “El conocimiento es un conjunto de datos sobre hechos, verdades o de información almacenada a través de la experiencia o del aprendizaje (a posteriori), o a través de introspección (a priori). El conocimiento es una apreciación de la posesión de múltiples datos interrelacionados que por sí solos poseen menor valor cualitativo. Significa, en definitiva, la posesión consciente de un modelo de la realidad en el alma”. “No esta bien ocultar la propia ignorancia, sino descubrirla y ponerle remedio”. En su ensayo Inteligencia aplicada, el Dr. Lair Ribeiro dice que hay que usar la inteligencia de un modo pragmático ya que esto permite incrementar nuestro éxito personal y profesional. La curiosidad, las ganas de entender la funcionalidad de todo lo que nos rodea, conduce al saber, al conocimiento. Así como el maquinista debe conocer la funcionalidad de la máquina para hacerla funcionar, nosotros debemos conocer como funciona la vida para poder funcionar como seres humanos. La adquisición del saber implica admiración e interés. La llave del conocimiento conduce al éxito. El conocimiento además de proporcionarnos placer intelectual, también nos proporciona criterio para poder conducirnos asertivamente y de este modo poder organizarnos, planear un proyecto de vida, y separando lo bueno de lo malo, lo útil de la insípido. Esta es la era de la información, la era del conocimiento, este el tercer milenio, año 2007. Tener criterio, cultura, enriquece el punto de vista y hace más eficiente y eficaz el sentido común. El saber es poder, nos ayuda a modificar la realidad, a evolucionar, a cambiarnos, a mejorarnos. “La noción que a través de los sentidos adquirimos de las cosas exteriores, aunque no sea tan cierta como nuestro conocimiento intuitivo, merece el nombre de conocimiento”, dijo el Filósofo inglés, John Locke.La ignorancia conduce a errores estúpidos. El ignorante, cuando alguna situación inusual lo sorprende, hace interpretaciones erradas de la realidad, complicando aún más las circunstancias. La ignorancia hace tropezar dos veces con la misma piedra, nos pone en ridículo ante la adversidad y nos sume en absurdas especulaciones, preocupaciones, miserias, carencias, limitaciones y malos augurios. La mente de los ignorantes están plagadas de malos presagios, malas premoniciones. La conducta del ignorante es terreno infértil, lleno de maleza, quejas, pesimismo. Sabemos que hay personas que no han podido instruirse ni leer un libro o mirar una película por falta de recursos pero de todos modos viven sabiamente porque tienen el motor de la curiosidad y procuran, con sus limitaciones claro, entender la funcionalidad de todo lo que les rodea. La realidad es que el conocimiento no esta limitado únicamente a las escuelas, academias, universidades, templos, lugares sagrados, sino que el conocimiento y el saber esta destinado a aquellos que tienen curiosidad, admiración. Nunca es tarde para aprender. Nunca es tarde para aprender un oficio, una profesión, nunca es tarde para leer un libro por primera vez o mirar una película, nunca es tarde para comprender. El conocimiento, dijo alguien, nos hace conscientes y responsables de nuestras vidas. “Alejémonos de los ignorantes y temamos ser contados entre ellos”.La curiosidad no mata al gato, lo que lo mata es la ignorancia. Procuremos conocer la esencia de las cosas y personas. Sepamos un poco de todo. El saber es los muebles del alma. El camino de la ignorancia conduce al aburrimiento, la apatía, la mediocridad, la incultura, el vacío. El conocimiento nos hace ricos por dentro. Lo monotemático es monotonía. La rutina hastía. El conocimiento nos hace más interesantes. ¿A quien le gusta hablar con alguien que no sabe de que hablar? ¿A quien le gusta convivir con la monotonía? Un escritor famoso dijo que la multiplicación de los libros hace a uno de los males de nuestra época. La realidad es la época medieval quedó atrás hace unos cuantos siglos, esta es la era del conocimiento y los libros están al alcance de los que tienen curiosidad. Mantegazza dice: “Cuando hayamos aprendido, debemos enseñarlo a quien nada sabe todavía; de este modo pagamos una deuda sacrosanta.Julio César Cháves escritor78@yahoo.com.ar

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