
La Biblia en el libro de génesis dice que todos los días Abel presentaba a Dios las primicias y lo mejor de su ganado. Y a Dios le agradaba la ofrenda de Abel pero la ofrenda de Caín le caía mal ya que no le daba lo mejor. Lo que hacía mejor la ofrenda de Abel no era la cantidad sino su actitud de corazón. Caín ofrecía ofrendas a Dios pero no lo hacía de corazón. Como Dios se gozaba con la ofrenda de Caín, Caín lo envidiaba y miraba a su hermano con desprecio y maquinaba malos pensamientos. Eran hermanos, Caín tendría que haber seguido el ejemplo de su piadoso hermano, pero no lo hizo sino que el día menos pensado lo mató cuando estaban en el campo. Cuando eran niños jugaban juntos, compartían cosas, pero aunque corría por sus venas la misma sangre, las mismas creencias, motivado por la envidia Caín le hizo el mal a su hermano.
Después de que Abel muriera a causa del piedrazo que Caín le pego en la cabeza, Dios se le presentó a Caín y le pregunto donde estaba su hermano, a lo que Caín respondió que no era el guarda de su hermano. Dios sabía lo que había pasado pero de todos modos le pregunto a ver si Caín aceptado su responsabilidad por tal siniestra acción. Y Caín le mintió a Dios, entonces Dios le puso una marca en la frente, la cual testificaba el asesinato que había cometido con su hermano. Además le dijo que viviría una vida errante porque la paga del pecado es la muerte. El pecado destruye nuestras vidas. Cuando un alma humana yace inflamada por la envidia puede resultar muy peligroso tanto para el envidioso como para el envidiado. Caín desconocía que el crimen es un castigo para el criminal.
Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar
Después de que Abel muriera a causa del piedrazo que Caín le pego en la cabeza, Dios se le presentó a Caín y le pregunto donde estaba su hermano, a lo que Caín respondió que no era el guarda de su hermano. Dios sabía lo que había pasado pero de todos modos le pregunto a ver si Caín aceptado su responsabilidad por tal siniestra acción. Y Caín le mintió a Dios, entonces Dios le puso una marca en la frente, la cual testificaba el asesinato que había cometido con su hermano. Además le dijo que viviría una vida errante porque la paga del pecado es la muerte. El pecado destruye nuestras vidas. Cuando un alma humana yace inflamada por la envidia puede resultar muy peligroso tanto para el envidioso como para el envidiado. Caín desconocía que el crimen es un castigo para el criminal.
Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar
1 comentario:
Interesante Blog que tienes...
Muy instructivo.
Que Dios T bendiga
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