sábado, 17 de marzo de 2007

Los que piensan.

“Mortal, sé virtuosos en tus pensamientos,
porque el ser supremo les oye. ¿Qué cosa hay en el mundo
que equivalga a los deleites del pensamiento?”. Young.


Los pensamientos son el remedio contra la incertidumbre de la vida. Reflexionar es indispensable para poder configurar una vida organizada. El orden de los pensamientos es la columna vertebral del orden de las cosas de la vida. Aprendiendo a pensar se aprende a vivir. Porque pensar y actuar en consecuencia, es una misma cosa. Vivimos con plenitud cuando encontramos en el pensamiento la guía para ayudarnos a adaptarnos a lo que tenemos y a lo que nos falta. En este siglo XXI, época de la velocidad, la Internet, las naves espaciales, todo anda tan rápido que cuesta detenerse a pensar. Pero de todos modos hay que detenerse a pensar. Pensar es pesar las cosas. La sustancia cotidiana de la vida se construye con pensamientos. Todo lo que nos pasa gira en torno a nuestra mente. Por esto debemos unificar nuestros pensamientos y nuestras acciones. Vico nos dice para hacernos meditar: “Los hombres primero sienten sin advertir; después advierten con ánimo perturbado; finalmente reflexionan con mente pura”.
Nuestra conducta pasa del pensamiento a la acción. Jamás existirá una máquina que nos ayude a amar, a sentir, a pensar, a decidir. Solamente nosotros los seres humanos tener la responsabilidad de analizar las diversas informaciones, consejos y motivaciones, y actuar conforme a nuestros coherentes sueños y anhelos. Por supuesto que no podemos saberlo todo. De hecho, hay cosas que desconocemos. Hay cosas que escapan a nuestro control. Lo único que hacemos nosotros al cultivar pensamientos coherentes, ordenados y sabios es tratar de decidirnos por lo más probable y lo más acertado. Uno trata de elegir lo más sensato y beneficioso. Entonces al desarrollar una hábil manera de pensar nos libramos de innecesarios fracasos. Cuando pensamos inteligentemente cortamos en carne viva la realidad, eligiendo lo que más nos conviene para nuestra vida. Pensar, pesar las cosas, es un arte que consiste en prever lo que todavía no pasó. Los pensamientos nos advierten el tamaño de las consecuencias de nuestros actos. Pensar sabiamente consiste en coordinar y concentrar todos los recursos disponibles con el fin de dirigirnos hacia la solución de un problema y en procura de concretar el fin deseado. Si pensamos las cosas que puedan pasar las asumimos de otra manera. Al pensar sacrificamos las cosas de menor importancia para lograr el primer parecer que tienen importancia superior. “No siempre el primer parecer es el mejor”, dijo V. Alfieri. Y Eurípides agrega: “Los segundos pensamientos son los más sabios”.

Julio C. Cháves.

No hay comentarios.: