jueves, 8 de marzo de 2007

Las madres solteras.


Por diferentes circunstancias muchas mujeres tienen que lidiar solas con su embarazo. Esto no implica que sean menos mujeres que las que tienen un hombre al lado. Estas futuras madres solteras aceptan el hecho de no tener el apoyo del padre de su hijo y con la ayuda de sus familiares y por propia voluntad, dejando de lado la autodestructiva idea del aborto, se esfuerzan por buscar lo mejor para su recién nacido. Obviamente que el valor de la familia es incuestionable pero es mejor que el niño reciba la educación de su cariñosa madre antes de ser educado por una pareja disfuncional. Las madres solteras son heroínas. Son mujeres con honor, determinación y humanidad.
Algunas mujeres son madres solteras debido a viudez, al divorcio, o al abandono. De todos modos asumen su responsabilidad, y pese a la deliberada ausencia del padre, llevan adelante la crianza y educación de su hijo. El dr. Pedro Barreda dice al respecto que las madres que crían solas a sus hijos y los niños que crecen sin su padre, pueden, al igual que las familias normalmente constituidas, alcanzar la felicidad. Sin embargo, esto requiere un trabajo de desarrollo personal conciente y constante por parte de las madres, las que deben estar permanentemente cuestionándose respecto a la educación de sus hijos. Muchas madres los ven como extensiones de ellas mismas, por lo tanto, les exigen cumplir con sus expectativas y, por otra parte, les resulta difícil colocar límites y hacerlos respetar normas, como una manera de compensar la ausencia del padre.Es beneficioso, sigue explicando el dr. Barreda que las madres tengan grupos de amigas y amigos, que realicen alguna otra actividad aparte de su trabajo y que siempre estén rodeadas de otras madres, para así comparar el desarrollo de su hijo con respecto al resto. De esta manera pueden prevenir transformarse -producto de la presión y la soledad- en madres sobreprotectoras, omnipotentes y asfixiantes, y alcanzar, tanto ellas como sus hijos, la mutua felicidad.
Es indudable que las madres solteras deben lidiar con muchos problemas en la difícil tarea de cuidar integralmente a sus hijos pero la felicidad es posible. El hecho de que las mujeres solas puedan criar solas a sus hijos no quiere que sea correcto recurrir a la inseminación artificial para quedar embarazadas. Lo ideal es que los niños sean criados tanto por una madre como por un padre. Aunque a los gays y a las lesbianas les moleste en este artículo estoy hablando de las madres que desean tener al padre de sus hijos al lado pero por diversas circunstancias no pueden disponer de ellos y de todos modos deciden proteger y contribuir con amor al crecimiento integral de sus hijos. Debido a una sexualidad permisiva y desaforada, basada solo en la diversión y en la falta de compromiso, en las últimas décadas las mujeres son las que más han sufrido a causa de los embarazos no deseados y las roturas conyugales. Los hombres son los que más dejado de lado su responsabilidad paternal, desvinculándose afectivamente de sus hijos, y participando activamente en la destrucción de la médula espinal de la sociedad llamada Familia.
El tema de las madres solteras, viudas o abandonadas, es una problemática que exige nuestra reflexión ya que se ha incrementado en estos últimos años. Cabe afirmar que el problema es complejo porque tiene directa relación con la estructura actual de la familia, estructura que en los últimos años ha cambiado mucho ya que es cada vez más frecuente encontrar un hogar donde el jefe de familia es una madre soltera. Aunque no podamos verlo a simple, las madres solteras pasan por muchos problemas de índole social y psicológica, pero de todos modos enfrentan las consecuencias emocionales de la muerte del compañero, el divorcio o el abandono y con valentía y determinación asumen las responsabilidades de convertirse en jefes de familia, en madre y padre a la vez, en cabeza del hogar, con todas las desventajas y obligaciones que ello implica. Por todo esto podemos decir que son verdaderas heroínas que merecen nuestra admiración y total respeto.
Finalmente quiero compartir con ustedes la historia de Naomi Judd. Naomi, del Estado de Kentucky, EE.UU., quedó embarazada de su novio antes de terminar la secundaria. El padre de la criatura no había terminado la universidad y Naomi nunca había trabajado ni tenía dinero. Además de esto, a su hermano le diagnosticaron la enfermedad de Hodgkin. La madre adolescente tuvo que enfrentar también el rechazo social del pequeño pueblo donde vivía. Era el año 1963, y aunque el aborto no era legal y la costumbre era que, cuando estas cosas ocurrían, los novios debían casarse, Naomi sí tuvo la opción de abortar. La joven adolescente decidió sin embargo optar por la vida y permitió nacer a su hijita. Casi inmediatamente después del embarazo, Naomi se casó con el padre de su niña. Pero cuatro años después de tener una segunda hija, el matrimonio fracasó y Naomi tuvo que enfrentar la dura realidad de llevar ella sola a cabo la crianza de sus dos hijas: una de ocho años y la otra de cuatro. Pero hasta el día de hoy Naomi Judd nunca se ha arrepentido de haber escogido la vida. En años recientes, una hepatitis crónica obligó a Naomi abandonar el dúo de famosas cantantes de música "country" al cual pertenecía. Sus admiradores siempre habían dicho que la combinación de las cantantes Judd (madre e hija) había sido hecha en el cielo. Pero a nadie se le había ocurrido pensar cuán verdadera era esa afirmación, hasta que Naomi declaró públicamente que, cuando era una adolescente, casi abortó a la que hasta ese momento había sido su compañera en el famoso dúo: su propia hija, Wynonna Judd. Fuente: Star, 29 de diciembre de 1992.

Julio César Cháves.
Escritor78@yahoo.com.ar

No hay comentarios.: