lunes, 12 de marzo de 2007

Homenaje a los padres.


¿Qué es un padre? No es fácil responder esta pregunta, ya que todavía no soy padre. Pero sí soy hijo. Por tanto puedo dar una respuesta. Y sé que un padre es un creador de sueños y artista de ilusiones y sonrisas. Un padre es la vida que se entrega totalmente con un amor sacrificial sin fronteras. Hablar de lo que es un padre me produce un gozo muy profundo y me hace saltar las lágrimas. Un padre sufre, siente orgullo y ama cada minuto a su familia. Ser padre no es un trabajo ni una profesión ni un pasatiempo. Ser padre es estar agradecido a Dios por los hijos y por la mujer que uno ama. Un padre es capaz de renunciar a todo con tal de brindar felicidad a su familia. Un padre es el amor personificado.
Mi papá es un hombre fuerte, con muchas virtudes y algunas debilidades. Es un esposo fiel y devoto de su familia durante mucho tiempo. Uno se siente seguro en su presencia pues su comportamiento evidencia que posee un increíble espíritu de lucha y fortaleza de carácter. Un padre es una fuente de fuerza, respeto, disciplina y sacrificio. Un padre es un héroe. ¿Puede acaso un héroe tener las cualidades que posee un padre? Hay que reconocer que gran parte de la instrucción que me da mi padre, a mí y a mis hermanos, es indirecta, mediante su ejemplo más que por declaraciones explicitas. Lo que más recuerdo del comportamiento de mi viejo no son sus palabras amorosas sino sus demostraciones de amor. Mi padre me ha corregido y animado muchas veces. Me ha acariciado con el alma. También me ha hablado, pero sus actos de amor han eclipsado sus palabras. Porque un padre sabe amar de verdad, ya que vive inventando juegos, ideas, sonrisas, gestos comprensivos, silencios altruistas. Un padre es un amigo con mayúsculas. Es un ser que asume la vida con compromiso, valentía, luz humana, voluntad llena de magia. Un padre que sabe lo que es amar sabe que su familia vale la pena. Ciertamente un padre es un guerrero que jamás se cansa de luchar. Trabaja y se fatiga, pero nunca se arrepiente de sus hechos. Sabe lo que quiere: Amar a su esposa e hijos. Un padre se avergüenza de que sus palabras sean mejores que sus hechos. Porque un padre lo dice todo sin palabras. Su bondad nos acaricia. Su amor se hace visible a nuestros ojos. Un padre es el triunfo del amor por encima de un millón de palabras. Cada padre es un poema, luminoso y útil, como aquellos lejanos e históricos faroles de papel de las aldeas literarias que con su apagada luz enseñan, sin embargo, el casino a los hijos que vagan por la vida.
Thomas Murray anhelaba para sus hijos: “Quiero que mis hijos entiendan que el mundo gira en torno a las personas, que no obtendremos de ellas más de lo que sepamos darles, que siempre seremos criaturas humanas más felices cuando amemos que cuando odiemos, cuando auxiliamos que cuando hagamos daño…” Un padre es el amor personificado. Va para todos los padres mi homenaje. Y especialmente para Héctor Alberto Cháves, mi viejo y compañero de viaje…
Julio C. Cháves.

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