lunes, 19 de marzo de 2007

Fragmentos.

Hay fragmentos por todos lados. Hemos destruido nuestras vidas. Matamos. Envidiamos. Nos comparamos. Criticamos. Cosificamos. Dividimos. Y esto a Dios no le agrada. Nuestro creador desea que construyamos, edifiquemos. Quiere que juntemos los fragmentos. Nos dio la capacidad de salir adelante, de volver a empezar. Si hemos caído podemos levantarnos. El da siempre una nueva oportunidad. Si estamos tristes podemos sonreír. Podemos cambiar la realidad, podemos crecer, mejorar, ir hacia nuestros objetivos. Dios nos dio algo muy valioso llamado Voluntad. En su ensayo La conquista de la voluntad, el Dr. Enrique Rojas, dice que una voluntad sólida es un arma contra el fracaso y el desánimo. La búsqueda de la superación hace al ser humano más completo. El que tiene voluntad tiene fuerza de espíritu. La voluntad es lo que le da valor y orden a todo. La vida de las personas está fragmentada debido a las malas decisiones y los actos irracionales. Cuando nos movemos sin pensar destruimos, nos destruimos, y los elementos sólidos se rompen en pedazos. Entonces, lo único que queda son fragmentos. Pero no hay porque dejar todo así en mal estado, podemos reconstruir, juntar los trozos. Pero para esto es necesario tener un proyecto de vida, saber hacia donde vamos, cultivar la disciplina y la voluntad. Podemos construir, reconstruir. Si ponemos voluntad los fragmentos volverán a tener forma. Si ponemos voluntad podemos cambiar la realidad. “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”, dijo Albert Einstein.

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