
“Todo momento grande y exigente que se produce en los anales del mundo, es el triunfo de algún entusiasmo”.
Ralph W. Emerson (escritor norteamericano).
Vivir sin entusiasmo es vivir con un estado de ánimo sumergido en las tinieblas de la infelicidad. Cuando uno tiene entusiasmo el ánimo se configura exaltándose positivamente. El entusiasmo nos ayuda para que disfrutemos de la vida con fogosidad. Ser entusiasta es amar lo que uno es, lo que uno hace, es amar a los demás, es sonreír aunque las cosas muchas veces no nos vayan tan bien como desearíamos que fueran. Los entusiastas sienten placer por todo lo que la vida les da. Jamás se quejan de nada. Todo lo disfrutan. Todo lo saborean con amor. Porque el entusiasmo vivifica nuestro estado de ánimo.
El eminente pensador Dr. José Ingenieros, en su ensayo “Las fuerzas morales”, dice respecto a la importancia de ser entusiastas: “El entusiasmo era ya, para los platónicos, una exaltada inspiración divina, que encendía en el animo el deseo de lo mejor. El entusiasmo es salud moral; embellece el cuerpo más que todo otro ejercicio; prepara una madurez optimista y feliz. El joven entusiasta hace converger su mente hacia un ideal; sus energías son puestas en tensión por la voluntad y adquiere fuerzas desconocidas por los tibios y los timoratos. Los entusiastas despiertan los temperamentos afines, los conmueven, los afiebran, hasta atraerlos a su propio camino; obran como si todo obedeciera a su gesto, como si hubiera fuerza de imán en sus deseos, en su palabras, en el sonido mismo de su voz, en la inflexión de su acento”.
El entusiasmo es una virtud que nos inspira grandeza, afirmación y superación personal. Si somos entusiastas la vida tiene sentido. De hecho, si somos entusiastas nos llevamos bien con nosotros mismos y con los demás. No hay nada más motivante en la lucha diaria que el entusiasmo. Siempre debemos valorar la vida. Existen muchas cosas negativas. Pero ser entusiastas nos ayuda a tolerar esas cosas. Los buenos resultados son producto directo de un buen ánimo. Debemos tener interés por todas las cosas. Porque el interés es el combustible del entusiasmo. Nadie puede ser entusiasta sin interés. El interés debe ser nuestro motor. Así buscaremos lo mejor, lo positivo. El Dr. Jhon C. Maxwell expresó: “El futuro no solamente parece brillante cuando la actitud es correcta, sino que también el presente es mucho más placentero. La persona positiva entiende que el viaje es tan agradable como el lugar de destino”.
Julio C. Cháves
Ralph W. Emerson (escritor norteamericano).
Vivir sin entusiasmo es vivir con un estado de ánimo sumergido en las tinieblas de la infelicidad. Cuando uno tiene entusiasmo el ánimo se configura exaltándose positivamente. El entusiasmo nos ayuda para que disfrutemos de la vida con fogosidad. Ser entusiasta es amar lo que uno es, lo que uno hace, es amar a los demás, es sonreír aunque las cosas muchas veces no nos vayan tan bien como desearíamos que fueran. Los entusiastas sienten placer por todo lo que la vida les da. Jamás se quejan de nada. Todo lo disfrutan. Todo lo saborean con amor. Porque el entusiasmo vivifica nuestro estado de ánimo.
El eminente pensador Dr. José Ingenieros, en su ensayo “Las fuerzas morales”, dice respecto a la importancia de ser entusiastas: “El entusiasmo era ya, para los platónicos, una exaltada inspiración divina, que encendía en el animo el deseo de lo mejor. El entusiasmo es salud moral; embellece el cuerpo más que todo otro ejercicio; prepara una madurez optimista y feliz. El joven entusiasta hace converger su mente hacia un ideal; sus energías son puestas en tensión por la voluntad y adquiere fuerzas desconocidas por los tibios y los timoratos. Los entusiastas despiertan los temperamentos afines, los conmueven, los afiebran, hasta atraerlos a su propio camino; obran como si todo obedeciera a su gesto, como si hubiera fuerza de imán en sus deseos, en su palabras, en el sonido mismo de su voz, en la inflexión de su acento”.
El entusiasmo es una virtud que nos inspira grandeza, afirmación y superación personal. Si somos entusiastas la vida tiene sentido. De hecho, si somos entusiastas nos llevamos bien con nosotros mismos y con los demás. No hay nada más motivante en la lucha diaria que el entusiasmo. Siempre debemos valorar la vida. Existen muchas cosas negativas. Pero ser entusiastas nos ayuda a tolerar esas cosas. Los buenos resultados son producto directo de un buen ánimo. Debemos tener interés por todas las cosas. Porque el interés es el combustible del entusiasmo. Nadie puede ser entusiasta sin interés. El interés debe ser nuestro motor. Así buscaremos lo mejor, lo positivo. El Dr. Jhon C. Maxwell expresó: “El futuro no solamente parece brillante cuando la actitud es correcta, sino que también el presente es mucho más placentero. La persona positiva entiende que el viaje es tan agradable como el lugar de destino”.
Julio C. Cháves
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