sábado, 10 de marzo de 2007

Del descontento a la inspiración.


“Muéstreme un hombre completamente satisfecho y yo les mostraré un fracasado”.
Thomas Edison.



¿Es bueno estar descontento? Siempre que el descontento conduzca al crecimiento es bueno. Estar descontento positivamente es tener la inquietud por mejorar. El contento etimológicamente proviene del latín “Contentus” que quiere decir: Gozo, satisfacción. Así que se puede decir que estar descontento es malo. Si el descontento que albergamos está íntimamente vinculado a la apatía, a la pasividad, a la mediocridad, es ciertamente malo. Ahora, si estamos realmente descontentos, con el sentido de que tenemos inquietud por crecer, mejorar, superarnos. Ese estar descontento es bueno, es positivo. Siempre que el descontento que albergamos esté relacionado con el crecimiento y la superreacción es algo que nos impulsa hacia delante. De hecho, el descontento de muchas veces el primer paso hacia la grandeza y el progreso. Cuando estamos descontentos positivamente procuramos luchar y nos sentimos responsables por alcanzar un criterio más elevado de lo que nadie espera de nosotros.
Siempre debemos tener en cuenta que el positivo descontento es aquel que está desvinculado de la ambición y el perfeccionismo. El verdadero descontento puede sernos de inspiración. El poeta Robert Browning, dijo: “Cuando la lucha de un hombre comienza dentro de sí, ese hombre vale algo”. Y Thomas Edison mostró el lado positivo del descontento, al decir: “Durante 7 meses estuve 20 horas diarias ensayando una sola palabra: “Specia”, que el fonógrafo repetía instintamente. “Pecia… Pecia… Pecia… “Era para volverse loco, pero perseveré y vencí”. Estar descontento es buscar crecer, descubrir, explorar, hallar. El descontento hace que los hombres no aceptan los límites impuestos, por las circunstancias y las personas destructivas, de tal manera que se aventuren más allá de los horizontes conocidos. Todo lo que hizo progresar a la humanidad fue y es el descontento positivo de personas extraordinarias y también personas comunes. “Todos conocemos personas cuya madurez y aprendizaje sólo pueden explicarse en términos de un impulso interno, de una curiosidad, de un elemento de búsqueda y exploración en su personalidad. El capitán William Cook declaraba: “Yo tenia la ambición no sólo de llegar más lejos de lo que jamás había llegado ante hombre alguno, sino de llegar hasta donde le fuese imposible llegar a cualquier hombre”. En la misma forma que la inquieta búsqueda de Cook lo llevó a recorrer la faz de la tierra, de la misma manera otros hombres se embarcan en odiseas de la mente y el espíritu en busca de horizontes desconocidos y de excelencia sublime”. Ludwing Van Beethoven, un genio de la música, dijo: “No estar jamás satisfecho. Aquí está todo el arte”.
Finalmente, Charles Becker, exdirector de una de las más importantes compañías de seguro de Norteamérica, expresó de forma insuperable al hablar del descontento: “Quisiera animarles a estar descontentos. No descontentos en el sentido del mal humor, sino descontentos según el sentido de aquella” divina impaciencia” que, a lo largo de la historia, ha sido la inspiradora de los auténticos progresos y reformas. Espero que nunca estén ustedes satisfechos. Espero que experimenten constantemente el afán de mejorar y perfeccionar, no sólo su propia persona, sino también el mundo que les rodea”.

Julio C. Cháves.

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