lunes, 19 de marzo de 2007

De la vida y el tiempo.

Mi alma serpentea cómodamente en la vida y es feliz, al fin de cuentas, la vida merece ser vivida. Quizás la sencillez de espíritu desespera a muchas personas triviales, pero a mi me resulta agradable la sencillez de la vida y de las personas. La vida me genera una sensación de ternura y de belleza, de terror y de comedia. Considero la vida con amor y afable ironía, ya que una bondadosa tolerancia me permite disfrutar incluso hasta de los días nublados. La vida vale la pena. Alejandro Dumas dijo: “La vida es fascinante; solo hay que mirarla a través de las gafas correctas”.
Mucho de lo que ocurre en la realidad es de suma inutilidad, pero vivir con sabiduría y sencillez quiere decir: seguir adelante siempre en torno a lo esencial. Un espíritu sencillo nos permite ir por la vida con tolerante paz, y eventualmente nos ayuda a aceptar las cosas más diversas. La sencillez de espíritu es algo concebido para todos aquellos que quieren vivir con plenitud encontrando en el pensamiento positivo una constructiva guía para la acción. La vida es tiempo. A este tiempo, teniendo en cuenta que es corto, hay que utilizarlo plenamente. Del tiempo de la vida debemos hacer surgir belleza y bondad. Debemos recargarlo de esfuerzo y de amor con la más dulce eficacia. Vivimos en el siglo XXI, época de la velocidad, del sacudimiento y de la gran fatiga nerviosa de todos. Por esto, debemos vivir con tranquilidad y sencillez, amando, sonriendo, aceptando a las personas y a las diferentes circunstancias de la vida, sean negativas o positivas. Gregorio Marañon expreso: “Vivir no es solo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir, y no dormir sin soñar. Descansar, es empezar a morir”.
La vida es tiempo. Tiempo de felicidad y tiempo de sufrimiento. Considerando esto, pues, tenemos que adaptarnos a lo que tenemos y también a lo que nos falta. Cuando se dispone de poco, se debe emplear ese poco, digo, de una manera más hábil e inteligente. Las oportunidades y las horas de vida jamás deben ser malgastadas. La verdad, con sencillez de espíritu, es que debemos penetrar con buenos ojos y con una suavidad imperiosa hasta en la sustancia más pequeña de la vida. Porque toda la vida es importante. Porque todas las personas son importantes. Porque uno es importante. Porque la vida es aquello que te va sucediendo diariamente mientras te empeñas en hacer otros planes. Porque la vida está compuesta de pequeñas alegrías así como de grandes felicidades. Es justo admitir que a veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un instante. En realidad, cuando valoramos cada instante, es cuando vivimos realmente. Huelga explicar que lo menos frecuente en este mundo es vivir, la mayoría de la gente existe, simplemente existe, eso es todo. Pero la vida no es existir únicamente, también es vivir, amar, disfrutar, sonreír. Es preferible morir sonriendo que morir amargado. La vida es corta y se debe sacar provecho de ella al máximo. Bertrand Arthur William Russell afirmo: “Temer al amor es temer a la vida, y los que temen a la vida ya están medio muertos”. ¿Vale la pena la vida? Yo digo que si… ¿Y vos?

Julio C. Cháves

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