domingo, 13 de octubre de 2013

Dejémonos influenciar por música agradable


 

 Con una canción una madre hace dormir a su hijo. Los soldados con una canción enardecen sus ánimos. La música amansa las fieras. Platón (427-347 a.C) dijo que la música podía fortalecer el ánimo de una persona. La música a través del oído llega al cerebro e influencia la salud y la conducta en un 46%. La sensibilidad de nuestro oído es superior a la de cualquier instrumento musical. La música tiene unos efectos psicológicos y fisiológicos que se transforman en comportamientos sociales. La música influencia al ser humano. Cada vez que escuchamos música se libera una sustancia química en el cerebro, la dopamina, responsable de proporcionar sensación de bienestar a nuestra mente y nuestro cuerpo. La música puede ser una poderosa herramienta para fortalecer nuestro estado anímico. Escuchar la música que nos gusta genera bienestar y el organismo libera más cantidades de un neurotransmisor relacionado con los sistemas de recompensa, la dopamina y este neurotransmisor esta íntimamente vinculado con la salud cardiovascular, el alivio del dolor crónico y la mejora de las habilidades lingüísticas y cognitivas. Cuando escuchamos la música que nos gusta, nuestras venas y arterias se dilatan un 26%, lo que en términos médicos se considera saludable para nuestra salud. Por supuesto que no podemos considerar esto como tratamiento para enfermedades de este tipo, pero sí se puede constituir como otra estrategia preventiva fácilmente incorporable en las costumbres diarias.  Indudablemente, la música mejora nuestra salud física y mental. Shakespeare dijo: “La música puede calmar hasta fieras feroces”.


   Según investigaciones médicas la dopamina actúa a través de muchas funciones: influye en el comportamiento y la cognición, la actividad motora, la motivación y la recompensa, la regulación de la producción de leche, el sueño, la atención y el aprendizaje, (sus niveles aumentan en respuesta a estímulos o actividades de recompensa como la comida, las relaciones sexuales u obtener dinero). Y también está relacionada con el humor y el bienestar.  La música desarrolla la curiosidad, la imaginación y la creatividad, estimula la habilidad de concentración y la memoria. Pregunta: ¿Qué tipo de música debemos escuchar? Podemos afirmar que la clave no se encuentra en el tipo de música, (Aunque recomiendo música agradable) sino en el volumen, el ritmo y en el hecho de que sea la música que nos gusta. Aunque los efectos en la corriente sanguínea duran apenas unos segundos, la acumulación de beneficios perdura y son muy positivos. Todos estos beneficios se dan cuando escuchamos la música que nos gusta. Si por el contrario escuchamos música que nos desagrada,  los efectos en la salud pueden resultar perjudiciales ya que escuchar algo que no nos gusta puede contraer los vasos sanguíneos. La música suave y armoniosa se usa como terapia curativa, pero la música estridente y  agresiva tiene el efecto contrario, pues enferma al ser humano, a los animales y a las plantas. Así que escuchemos música beneficiosa. Como dije líneas arriba, la música no sólo interviene en el organismo sino que también desarrolla nuestra capacidad de concentración y favorece nuestra imaginación y creatividad, estimula la memoria a corto y largo plazo y desarrolla el sentido del orden y el análisis, facilitando el aprendizaje y ejercitando la inteligencia. La música como terapia se utiliza en el tratamiento contra la hipertensión arterial, la ansiedad, la depresión, el estrés, y las alteraciones del sueño. También se emplea en la rehabilitación de trastornos psicóticos, autismo y de adolescentes con trastornos del comportamiento.

  La música influencia nuestra conducta, creando hábitos sociales que influirán en nuestra manera de ser. Por lo tanto, es recomendable escuchar música correctamente. Respecto al volumen, por ejemplo, cuando es demasiado alto puede provocar falta de concentración, alteración del sistema nervioso y alteración del funcionamiento auditivo. “Según un método oficial estadounidense, precisamente el método Tomatis, la educación musical y del oído puede iniciarse incluso en el útero materno. Alfred Tomatis era un otorrinolaringólogo francés que reveló a mediados del siglo pasado que el embrión codifica las vibraciones. Este descubrimiento fue el inicio la audiopsicofonología. Según esta teoría, es aconsejable que las embarazadas canten, porque la voz, vía columna vertebral y filtración por parte del líquido amniótico, llega al embrión. Éste escucha y percibe el sonido a través de un "preoído" que se desarrolla a partir de las tres semanas de gestación. La música, por lo tanto, puede activar la escucha ya en el embrión, fundamental para todas las etapas de la vida, según Tomatis. Tan importante es la escucha que si no funciona el sentido del oído se pueden producir graves problemas de aprendizaje y del habla”. Pitágoras (582-507 a.C) usaba la música como terapia para las embarazadas. Creía que el sonido de la flauta beneficiaba a la madre y al feto. En síntesis, la música nos influencia desde el vientre de nuestra madre. Por esto, escuchemos música agradable y permitamos que la buena música genere dopamina y que esta sustancia a su vez mejore el funcionamiento de nuestro corazón y por supuesto nos permita disfrutar de la buena vida. El filósofo Alemán Arthur Schopenhauer (1788-1860) dijo: “La música expresa lo que hay de esencial en el mundo”.

Julio césar cháves

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