
Ante la primera dificultad tenemos que orar. Si nos conectamos con el Señor, él puede darnos sabiduría para solucionar todos nuestros problemas. Muchas veces no son los problemas lo que nos quita la paz, lo que nos quita la paz es la interpretación que hacemos de nuestros problemas. Quizá el problema que estamos atravesando puede significar una bendición. Un problema puede ser la oportunidad para atraer el éxito. Siempre tenemos que interpretar que todos los problemas que se nos presenten significan oportunidades para alcanzar la bendición. Cuando somos débiles Dios manifiesta su fortaleza y poder en nuestra debilidad. Dios nos prometió que si confiamos en sus promesas somos como árboles plantados junto a las corrientes de agua viva y damos fruto a su tiempo y nuestras hojas no caen. Nosotros sembramos la cosecha y Dios produce la cosecha. Isaías 40:31 dice: “…los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas”.
Si nuestros problemas nos dicen: no podemos; Dios nos dice: Si podemos. Cuando el sufrimiento y la muerte nos dicen: Estas abatido; Dios nos dice: Mi gozo te sostiene en medio de la dificultad. En su ensayo Actitud de vencedor, el Dr. John Maxwell escribió: “La vida es un proceso cambiante. Con todas sus trancisiones vienen nuevas oportunidades de crecimiento. Lo que era un factor limitante ayer, no tiene que ser ahora. Acepte la siguiente declaración para su vida: “Los días por venir están llenos de cambios que son mis desafíos. Responderé a estas oportunidades en la confianza de que mi vida será mejor debido a ellas. Con Dios, todas las cosas son posibles”. “Deléitate asimismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón”. (Salmo 37:4).
Julio césar cháves www.juliochaves.blogspot.com
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