
Si, en cambio, la "ganancia extraordinaria" es el objeto de una caza de brujas y expropiada cada vez que aparece, vamos a quedarnos siempre en el mismo lugar, sin prosperar a largo plazo. Es simple: el empresario deja de invertir en el país ante los crecientes riesgos de no poder recuperar su capital o bien porque invirtiendo en otro lado sí puede ganar mucha plata tranquilo sin que lo persigan por hacer su trabajo."¿Qué hacen los del campo con la guita?", me preguntó retóricamente un taxista la semana pasada. "Compran un tractor y después qué?" Me dio el pie para explicarle que sí, primero compran un tractor, luego otro, luego otra máquina de trillar, más semillas y fertilizantes, luego más campos, luego silos propios, luego -cuando les sigue sobrando plata- deciden agregar valor a sus productos y así se desarrolla la industria del aceite de soja, los molinos de cereales, los biocombustibles... y así, alrededor de esa "ganancia extraordinaria" reinvertida crecen también otras industrias, como la de las maquinarias agrícolas y el transporte, las empaquetadoras y proveedores de envases, los servicios financieros y logísticos...Pero no. Todo esto no pasará. Porque la ganancia extraordinaria es pecado de los ávaros...(En enero de 2007 ya había posteado sobre este tema cuando la ex Ministra de Economía, Felisa Miceli, salió a decir que las empresas ganaban demasiada plata.
http://elgransalto.blogspot.com/2008/05/es-pecado-ganar-mucha-plata.html
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